Xosé Abelenda, con vínculos en Santa Comba y Coristanco, inspector sindical que trabajó en el Jura y fue portavoz en Suiza del BNG, opina lo contrario: será un cambio positivo para los emigrantes. Hizo campaña a favor de la nueva integración («por solidariedade internacionalista», explica), y el domingo fue uno de los participantes en la multitudinaria concentración de júbilo de los partidarios del sí, los ganadores. Curiosamente, los del no estaban reunidos al lado de la casa de Blanco.
Los residentes podrán votar en las municipales y en las cantonales
El cambio efectivo aún tardará, pero los vecinos de Moutier ya saben lo que les espera. Y los emigrantes (también los hay andaluces, pocos, y portugueses, bastantes), también. Por ejemplo, podrán votar en las elecciones municipales y cantonales, cosa que en Berna no pueden. Tendrán la capital del cantón, Delémont (una pequeña Costa da Morte), al lado, a 13 kilómetros, frente a los 76 que hay a Berna. El idioma común para todo será el francés. Los seguros médicos sí serán más caros.