El covid inunda el mercado inmobiliario de la Costa da Morte con bajos comerciales para vender o alquilar

Cristina Viu Gomila
cristina viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

La oferta se ha multiplicado, pero la demanda es casi inexistente. Así está la situación en los principales puntos comerciales de la comarca

19 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el mes de julio, Elena Varela Jiménez, de Blancocasa, solo ha alquilado un bajo comercial. Fue en A Laracha y ni siquiera era para abrir un negocio, sino como almacén de un establecimiento que ya estaba funcionando. Paralelamente, la oferta de la agencia para la que trabaja se ha multiplicado. Chus Arán, de Arán y Vales, coincide en que se trata de un sector en el que desde hace meses, en la Costa da Morte, no se registra ningún movimiento de salida, pero sí de entrada porque el covid ha inundado el mercado con locales vacíos que se han puesto a la venta o, en su defecto, en alquiler. En otro extremo están los solares: hasta 190.000 euros por ver el mar desde casa. 

Un paseo por Carballo, Baio o Cee, que son los principales centros comerciales de la zona, pone de manifiesto la magnitud de la crisis del covid y lo apagadas que están quedando las calles. Esa sensación de vacío se percibe en las páginas web de las inmobiliarias. Cuesta encontrar pisos para alquilar, pero hay locales de todo tipo y casi a cualquier precio, desde 200 hasta 1.700 euros mensuales. 

Desde las agencias reconocen que las rentas no son reales y en muchos casos no están adecuadas a los tiempos que corren, pero también reconocen que poco importa porque ni siquiera hay quien pregunte o esté dispuesto a negociar. «Que van montar? O que se movía aquí era a hostelalería, pero ninguén se arrisca», explica Chus Arán, que sí ha logrado sacar en los últimos meses algún establecimiento, pero ha sido de las pocas excepciones.

Desde las inmobiliarias saben que el teletrabajo se ha impuesto y que algunos de los negocios que se están haciendo solo precisan de un ordenador, por lo que es posible que alguien busque una pequeña oficina, pero no un establecimiento a pie de calle. Además, los precios tampoco animan demasiado. «Hay muchos locales vacíos que son propiedad de gente que no tiene necesidad de alquilar y mantiene cotizaciones que corresponden a la recuperación económica tras la crisis del 2008 y no a la situación que se vive actualmente por la pandemia. Precisamente a causa de este problema, los locales en venta han aumentado. «Hai xente que está a ter problemas de liquidez, ou que está preocupada pola situación e quere obter cartos vendendo propiedades das que noutra situación non se desfaría», explica Chus Arán. Sería pues el momento de aprovechar, pero la incertidumbre hace que eso solo esté al alcance de grandes fortunas.

«Cada vez se dan más casos de cambio de uso, para vivienda»

Alba Romero

«Hai demasiados, no hay forma de ocupar tantos bajos comerciales como hay en Carballo». Inma Arán, que es la responsable de Arquitec Servicios Inmobiliarios, tiene claro que el sector es uno de los más afectados por la pandemia y que si ya era difícil ocupar todas las tiendas antes del covid ahora resulta imposible y cada vez hay más locales vacíos. Sin embargo, no todos los propietarios tienen interés por alquilar o incluso por vender, por lo que hay rentas demasiado elevadas.

Inma Arán considera que uno de los motivos de este exceso es que todos los bajos se dedican a una actividad económica y no a una residencial. Así es difícil encontrar viviendas de alquiler, pero sobran establecimientos vacíos. Asegura la agente que esta es una situación que ya empieza a modificarse. «Cada vez se dan más casos de cambio de uso, para viviendas», explica. Todavía son pocos, pero los hay. Aclara que en Carballo solo hay edificios con bajos habitados en la Gran Vía, frente al cuartel de la Guardia Civil y en el edificio de la Vázquez de Parga que hay delante de las antiguas viviendas de los maestros. Asegura la empresaria que en muchas ciudades ya es habitual residir en bajos.

En materia inmobiliaria, la agente coincide con el resto de sus compañeros en que las viviendas unifamiliares son lo más demandado tras la pandemia, pero también se buscan pisos amplios y con terraza.

«Tódalas ofertas ata o momento foron moi sospeitosas»

ANA GARCIA

Rosa Soutullo puso su restaurante a la venta ya en octubre del 2019, cuando cerró lo que era Casa Rosa en Malpica. Pide 150.000 euros y está convencida que hasta el 2022 no podrá venderlo. Cree que la pandemia ha complicado mucho las cosas para el sector de la hostelería, por eso apenas ha tenido ofertas para hacerse con el local. Haberlas las ha habido, pero ninguna que se pudiera aceptar. «Todas ata o momento foron moi sospeitosas».

El establecimiento está tal cual se cerró, para entrar a trabajar ya mismo, pero el covid está haciendo las cosas difíciles y allí ni hay terraza ni posibilidades de montarla, por lo que será necesario esperar a que se termine la pandemia para reflotar el antiguo restaurante, aunque ella cuenta con que alguien se enamore del local este mismo verano. Los pretendientes que ha tenido eran raros y todos ellos querían pagar todo o una parte a tocateja, en negro o en metálico. Uno era un supuesto cocinero con ascendencia africana, otro un italiano que ya había estado vinculado a un intento de operación fraudulenta y el tercero, un hombre dispuesto a llegar a Malpica con un maletín lleno de billetes. Ella no se fio y ahí sigue el establecimiento, al parecer un caramelito para operaciones opacas. En este tiempo ha vendido sin dificultad una casa en Val do Dubra y pronto ofrecerá el taxi de su marido, al que le va llegando la edad de jubilación.