Marta Mosquera, enfermera vacunadora: «La del covid acabará siendo una vacuna más del calendario»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

CHUAC

Marta es una de las treinta enfermeras formadas para administrar la vacuna en el área sanitaria de A Coruña y Cee

08 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Mosquera es la supervisora de Medicina Preventiva y Salud Laboral del Chuac y «un miembro más» del equipo de alrededor de treinta profesionales que han sido preparados para administrar la vacuna contra el coronavirus en el área sanitaria de A Coruña y Cee. La enfermera, que se confiesa «agradecida y emocionada» de poder participar en este proceso, recuerda cómo fueron esos primeros días y esas primeras inyecciones en las residencias. «Alivio, mucho alivio» fue lo que percibió en esas primeras jornadas entre los más mayores, que aplaudieron y se tomaron fotos para enviárselas a sus familias.

-¿Qué tal está siendo el ritmo de vacunación?

-Vacunamos todo lo que nos permiten las dosis que nos mandan. Si más nos enviasen, más vacunaríamos.

-¿Cómo les reciben los usuarios?

-Están encantados, sobre todo en las residencias, con grandes dependientes... De hecho, personal que en la primera dosis renunció a la vacuna nos la está pidiendo ahora, arrepintiéndose de la decisión.

-¿Había miedo al principio?

-Yo creo que había desinformación, o incluso exceso de información, con todo lo que se publicó en su momento. Hubo muchísimos bulos, pero ahora esa gente ve que la vacuna no está dando tantos efectos secundarios y que, los que nos la hemos puesto, seguimos aquí dando el callo [ríe].

-¿Hay más demanda ahora?

-Hay una demanda tremenda. Nos paran por los pasillos para preguntarnos que cuando le toca a determinadas categorías o grupos de edad. Yo creo que algo tiene que ver con la ley de la oferta y la demanda: como hay poquitas dosis, mucha gente la quiere [bromea].

-Para muchos será la primera vacuna que se ponen en años.

-Así es. Sobre todo en los propios sanitarios, que nos ponemos la de la hepatitis B al entrar a trabajar y seguro que para muchos fue la última en su vida, hasta ahora.

-También están los que reciben cada año la de la gripe.

-Si, y yo estoy aprovechando esta campaña del covid para hacer una campaña de divulgación sobre la necesidad de vacunarse contra la gripe a partir de una cierta edad. Es una enfermedad que tenemos muy banalizada, pero muere mucha gente cada año. Es importante que nos vacunemos, del mismo modo que la dosis contra el covid acabará por ser una más del calendario, cuando se le pierda este pavor inicial.

-¿Cómo recuerda esa primera vacuna contra el covid que inyectó a un paciente?

-El primer día lo cierto es que estábamos muy preocupados por la forma de cargar la vacuna, y eso que estamos muy acostumbrados a cargar medicación, alguna incluso bastante peligrosa. Pero nos metieron tanto miedo que casi parecía que estábamos manejando nitroglicerina [ríe]. La primera vacuna la pusimos con muchísimo respeto, sobre todo porque no sabíamos como iba a comportarse. Teníamos esa experiencia de Inglaterra, que en la primera jornada tuvo ya dos episodios graves de alergia.

-¿Y a nivel personal?

-Yo estoy muy contenta y muy agradecida, tanto por haberme vacunado como por poder participar en este proceso. Es muy emocionante, me parece un hito histórico esta campaña, que se está haciendo a nivel mundial para luchar contra algo que es nuevo para todos nosotros.

-¿Qué notaron esos primeros días por las residencias?

-Alivio, mucho alivio. Tanto entre el personal trabajador como entre los residentes. Había aplausos cuando poníamos la primera dosis e incluso se hacían fotos para compartir con sus familias ese momento. Mucha alegría, sobre todo, porque empezaban a ver el principio del fin.

-Al fin y al cabo, son los que más están sufriendo.

-Así es, son el colectivo más castigado, sin duda. Han perdido muchísimo: si nosotros dejamos de ver a nuestras familias, ellos han perdido casi toda la relación que tenían con el resto del mundo.

-Ojalá tuviesen más dosis.

-Ojalá nos las enviasen a cubos: las pondríamos mañana, tarde, fines de semana y lo que hiciese falta. Nosotros tenemos los dispositivos montados, a la espera de que nos vayan enviando el producto.

-Semejante despliegue requerirá de un operativo complejo.

-Listados del personal de los centros y de los usuarios, personas mayores de una cierta edad que serán el siguiente grupo en vacunar... Y todo eso aparte de la propia gestión de la vacuna: recepción, distribución a los centros, custodia, monitorización de la temperatura... Es un dispositivo importante que, como es lógico, consume bastantes recursos.

-¿Cómo se procede en residencias que tienen brotes?

-Se espera a que esté concluido el brote antes de administrar las dosis. De hecho, fue lo que sucedió, por ejemplo, en Vimianzo, que se pospuso para más tarde.