Consternación en A Agualada por la muerte de la hostelera Dolores Pena Guillín

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Dolores Pena, en una imagen de archivo, anterior a la pandemia
Dolores Pena, en una imagen de archivo, anterior a la pandemia BASILIO BELLO

OBITUARIO | Tenía 65 años de edad y desde el entorno reseñan su carácter afable. Sufría un grave problema pulmonar

04 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte el pasado viernes de la coristanquesa Dolores Pena Guillín causó una gran consternación en la parroquia de A Agualada, donde residía con su familia. Casada con Manuel Recarey Vila, era madre de dos hijos: Rodrigo y Juan Carlos, y cuñada de Chico Recarey, quien fue conocido durante años como el rey de la noche de Río de Janeiro.

Dolores Pena tenía 65 años de edad y su vinculación con la hostelería la convirtió en una persona conocida y apreciada en A Agualada. Fue, junto con su marido, quien fundó la Parrillada Recarey, uno de los establecimientos más conocidos de la Costa da Morte y lugar de peregrinación para los amantes de la buena cocina casera. Según explicó ayer una allegada directa a la familia, Dolores Pena era una mujer que ganaba en las distancias cortas: «Puede que a primera vista pareciese una persona algo fría, pero una vez que la conocías y la tratabas era un encanto, una persona muy sensible y cercana. Yo la definiría como una amiga de sus amigos». Dolores Pena empezó a trabajar muy pronto, «con 13 o 14 años y fue en A Coruña, trabajando en el bacalao». Hace 40 años fundó la parrillada, negocio que regentaron también sus hijos, sobre todo Rodrigo quien, incluso, le cambió el nombre por A do Notas.

Dolores Pena falleció, según explicaron desde el entorno, de un grave problema pulmonar. Los médicos le habían diagnosticado hacía unos días covid-19 y estaba confinada en casa, pero en el entorno descartaron que su fallecimiento guarde relación con esta enfermedad: «No tenía sintomatología alguna».