«Prostitución», una bofetada de realidad

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

FIOT EN PAUSA | La obra de Andrés Lima golpea la conciencia de los espectadores y plantea sin tapujos todas las perspectivas de la prostitución

20 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con lleno hasta la bandera -todo lo lleno que puede estar un auditorio en tiempos de covid-, Prostitución puso este domingo el broche de oro al FIOT en pausa. Punto final a dos semanas de programación reducida y eminentemente gallega, pese a que en este caso fue una producción madrileña la encargada de despedir el festival.

Aunque con momentos humorísticos que arrancan las carcajadas del respetable, en general Prostitución no es una obra fácil de ver. Es extremadamente dura en cuanto a contenido y mensaje, aunque los aportes cómicos y musicales alivien la carga dramática. No es posible sentarse enfrente y mirar hacia otro lado de aquello que nos presentan: la crudeza de la prostitución. No es una obra para quienes quieran quedarse en la plácida ignorancia, pues se darán de bruces con una narrativa que no da lugar a la evasión.

Tres actrices -y una cuarta al piano que hace una intervención final reveladora- se bastan para representar el abanico de testimonios que el equipo recopiló en un trabajo de documentación previo. Y es ese aporte de realidad lo que golpea al espectador con más dureza: poco hay de ficción en una obra que tiene como fin último atravesar la conciencia de quien la ve. El director, Andrés Lima, quería «llevar al público de putas» cuando concibió esta idea: lo consigue, no cabe duda.

Nathalie Poza, desde el centro del escenario y con pie de micro, abre la pieza enumerando una serie de cifras: los españoles gastan más dinero al mes en prostitución que en frutas o verduras, hay más prostitutas que fisioterapeutas o dentistas colegiados... Mientras tanto, Carolina Yuste baja por el pasillo del auditorio y acompaña el relato quitándose la ropa. Un revelador avance de lo que vendrá las dos horas siguientes.

Se hablará sin tapujos, sin medias tintas, sin eufemismos. Sobre lo que le preocupa a las prostitutas, sobre los motivos que las condujeron a iniciarse en ese mundo, sobre las penurias que pasaron, sobre si son o no partidarias de su abolición, sobre la falta de protección, sobre las violaciones sufridas, sobre la estigmatización, sobre su consideración de ciudadanas de segunda. Hay momentos abrumadores, en los que una casi se siente culpable por haber tenido más suerte en la vida que todas esas mujeres. Hay miradas cómplices y toda la interacción que la distancia covid permite; hay incluso una mujer del público que recibe un par de lecciones rápidas sobre cómo convertirse en prostituta. Hay diálogos brillantes y múltiples personajes para cada actriz. Ninguna sobresale sobre las demás: las tres son igual de necesarias. Hay gags cómicos, hay explicitud inteligente y cuidada, hay testimonios descorazonadores.

Hay de todo, y no hay nada a la vez. Se acaba el tiempo y, tras la euforia inicial, llega una sensación de vacío: por no tener ni idea de lo que sucede con cientos de miles de mujeres en este país, por permanecer pasivos. Una bofetada de realidad que hace mucha falta. Si la educación es el futuro, esta es una obra que todos los estudiantes de este país deberían ver.

Ana Garcia

Carmen Machi recibió el Premio do Público 2012 por «Juicio a una zorra»

Ocho años tuvo que esperar Carmen Machi para recoger los frutos de su anterior visita al FIOT. Este domingo, al finalizar la función, el presidente de Telón e Aparte y director del festival, Alberto Sueiro, le entregó el Premio do Público 2012 por Juicio a una zorra, en la que Machi dio vida a Helena de Troya en una adaptación del mito heleno.

La actriz dedicó el premio al público, por volver a los teatros «sin miedo» en una situación tan delicada como la actual, «por volver a disfrutar, a aplaudir... Para nosotros es tremendamente emocionante», resaltó.

También recordó a las víctimas del coronavirus y agradeció el empeño por sacar adelante el festival. «No dejéis nunca de celebrarlo», pidió, «porque es muy importante para los teatreros y para el público también».