Federico Ávila: «Galicia es la punta de lanza de nuestra apuesta por las renovables»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

LANTANIA

El carballés, ingeniero de telecomunicaciones y presidente de Lantania, ve obras muy interesantes en la zona a corto y medio plazo

18 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El ingeniero de telecomunicaciones carballés Federico Ávila (1975) es el presidente de Lantania, una compañía creada hace algo más de dos años.

-¿Qué es Lantania y a qué debe su nombre?

-Es una compañía de infraestructuras, agua y energía, que fundamos cuatro socios (todos exdirectivos de la extinta Isolux Corsán) en el 2018. El nombre proviene de una flor salvaje, la lantana, que conocí en los años que viví con mi familia en Texas. Me llamó la atención por su nombre latino, por su colorido y por crecer con tanta fuerza en una tierra tan yerma como la texana. Una flor, por cierto, con mucha presencia en la zona de Bergantiños. En este tiempo hemos tenido un importante crecimiento, pasando de unos ingresos de 58 millones de euros en el 2018 a más de 100 en el 2019. Este año, a pesar del impacto del covid, tenemos previsto alcanzar los 120 millones.

-Poco tiempo, pero intenso.

-Ha sido una época muy intensa en la que, a las dificultades de lanzar una compañía desde cero, hay que sumarle las de trabajar en un sector que lleva en crisis permanente desde el 2008. Pero también reconozco que está siendo muy ilusionante, al ver como un proyecto que creas va, poco a poco, cogiendo velocidad y tomando forma. Y en los últimos meses hemos acometido la integración de otras compañías (como el Grupo Velasco, en el sector de infraestructuras, o Soil, en el sector de agua industrial), la asociación con Gestilar para el lanzamiento de una nueva sociedad enfocada en edificación residencial o la internacionalización del grupo, con la adjudicación de un tramo ferroviario en Bulgaria y el establecimiento de una filial en Colombia.

-¿Cómo llega un ingeniero de telecomunicaciones a las infraestructuras?

-Pues, como ocurre muchas veces en la vida, casi por casualidad. Terminé ingeniería en 1998, en plena liberalización del mercado de las telecomunicaciones en España, y estuve diez años en ese sector. Fueron años apasionantes, de mucha efervescencia, con continuas fusiones y compras de compañías que dieron paso a un sector mucho más consolidado y maduro. En ese momento me surgió la oportunidad de incorporarme a un gran grupo de infraestructuras llevando, eso sí, su área de negocio más tecnológica, y no lo dudé. Ya dentro del grupo, a medida que asumía puestos de mayor responsabilidad, fui acercándome más a las infraestructuras de una manera muy natural. Y hasta ahora.

-Lleva muchos años fuera. ¿Mantiene relación habitual con Carballo?

-Por supuesto. Aunque me fui con 17 años, yo soy de Carballo. Mis padres y mi hermano pequeño viven aquí y, aunque debido al trabajo y a lo que supone una familia con cinco hijos, cada vez es más difícil, siempre venimos al menos una semana en Navidades. Tenemos una casa en Laxe, donde pasamos todos los veranos. Hay muchas cosas que me unen a ese pueblo. De ahí era mi abuela materna, ahí conocí a mi mujer (aunque ella es de Zaragoza) y ahí pasé todos los veranos de mi vida. Mi mujer y yo ya lo teníamos claro, pero ahora, además, tenemos la suerte de que a nuestros hijos les encanta. Para nosotros no puede haber un lugar mejor.

-¿Y sigue lo que se hace aquí?

-Sí, intento seguirlo muy de cerca. Hay obras previstas a corto y medio plazo muy importantes y necesarias para la zona, como la circunvalación de Carballo, la ampliación del polígono o la continuación de la autovía de la Costa da Morte. Son proyectos de los que se lleva hablando tiempo, pero que ahora sí que parece que están cerca de convertirse en una realidad.

-¿Y tienen relación con empresas de la zona o de Galicia?

-Tenemos un fuerte vínculo con Galicia en general. Contamos con tres oficinas en la Comunidad, en Santiago, A Coruña y Ferrol. De hecho, desde aquí centralizamos los trabajos de energía (subestaciones y líneas) y de instalaciones navales, y en esta zona trabajamos para clientes como Red Eléctrica, Navantia, Ence, Megasa o Barreras, por poner algunos ejemplos. Además, precisamente por nuestra proximidad y conocimiento de este mercado, hemos elegido Galicia como punta de lanza de nuestra apuesta por las energías renovables. Estamos desarrollando una cartera de 250 megavatios de proyectos eólicos, de los cuales 150, distribuidos entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, ya se encuentran en tramitación administrativa con la Xunta.

-Y la alta velocidad,

-Sí, recientemente terminamos tres grandes obras del AVE, muy singulares, en la provincia de Ourense: la plataforma Porto-Miamán, el túnel del Corno y el túnel de O Cañizo, contribuyendo así a la finalización de ese corredor tan importante para la conexión con la meseta y el desarrollo futuro de Galicia.

LANTANIA

Proyectos y colaboradores en la Costa da Morte

Los trabajos de Lantania también miran a la Costa da Morte.

-¿En qué medida lo hacen?

-Si nos centramos en Bergantiños y Soneira, estamos gestionando para la Xunta, en un modelo concesional, las depuradoras de agua de Laxe y Camariñas. También colaboramos con muchas empresas de aquí, como Vázquez y Reino en el área de infraestructuras y energía, o Corporación Laber en proyectos de tratamiento de aguas, además de contar con empleados de la zona en nuestras oficinas de A Coruña. Hay excelentes profesionales y un muy buen tejido empresarial, que se distingue por su calidad y espíritu de trabajo.

-Citaba antes el impacto del covid, que lo impregna todo. ¿En qué sentido concreto les afecta, y cómo se enfrentan a ello?

-Efectivamente, lo marca todo y todas las empresas, de una forma o de otra, nos hemos visto afectadas. En nuestro caso hemos tenido que adaptar nuestra forma de trabajo a esta nueva situación, con nuevas medidas de protección, burbujas, teletrabajo, etcétera. Afortunadamente esta crisis llegó en un momento en el que la empresa se encontraba en una buena situación, de liquidez y de cartera de proyectos, además de tener ya prevista la posibilidad de trabajar en remoto. Todo ello nos ha permitido mitigar en buena medida el impacto y mantener los objetivos de presupuesto marcados para este ejercicio.

Hay un dicho nórdico que intentamos aplicar, y que dice «hace buen tiempo, arreglemos el tejado». En Lantania desde el principio tomamos la decisión de poner portátiles a todo el equipo y de dotar a la empresa de aplicaciones que facilitaran el teletrabajo, aparte de disponer de toda la documentación en directorios compartidos. Y es ahora cuando realmente estamos aprovechando el potencial de todo eso.