Una jugosa jornada de furtivismo: hasta 5.000 euros de beneficio neto

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana García

Pescadores y mariscadores ilegales actúan en grupos y de forma muy coordinada

14 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En las cofradías de la Costa da Morte han apuntado desde siempre que el enemigo no solo viene de fuera, sino que también lo tienen en casa. Mariscadores (muchos de ellos reincidentes) con el permiso de explotación (permex) en vigor que se aprovechan de las circunstancias para sacarse un dinero extra a costa de sus compañeros de pósito. Y lo más grave, poniendo en jaque las economías domésticas de un millar de familias.

Ahora bien, ¿cuánto puede sacar un furtivo en una jornada de trabajo? Pues depende del producto, de las cotizaciones en los canales oficiales, de la temporada (verano, Semana Santa, Navidad...), de la escasez, de si está en veda o no, del lugar de extracción del marisco, de la demanda... Pero por término medio el beneficio neto no suele bajar de los 2.000-3.000 euros y puede alcanzar los 5.000-6.000 euros. Percebes, santiaguiños, langostas, bogavantes, camarones, nécoras, centollas... Son los productos estrella (y compatibles unos con otros) de unos furtivos cada vez más preparados y coordinados para tratar de esquivar las labores de vigilancia.

En los últimos diez años, coincidiendo precisamente con la expansión de la crisis económica del 2008, se han detectado la presencia de varios grupos organizados -en las cofradías apuntaban por aquel entonces a una decena- de los que la gran mayoría de sus integrantes residen en la zona. Son, por tanto, conocedores de primera mano de las limitaciones de los pósitos, del estado en el que se encuentran los bancos marisqueros, de cómo está la vigilancia en cada momento, de la climatología, las mareas... Para así actuar con todas las garantías.

Eso sí, cada vez son más los furtivos que actúan en grupo. Sus integrantes se sitúan en lugares estratégicos para alertar de la presencia de la Guardia Civil, del Servizo de Gardacostas o de las patrullas y vigilantes de los pósitos. Utilizan varios vehículos y teléfonos móviles, materiales y equipos de última tecnología, como el torpedo submarino aprehendido el lunes en Muxía. Y todo para lograr el mayor rédito posible a coste ínfimo. Pero está claro que si hay oferta es porque hay una demanda detrás. Y ahí, la hostelería tiene mucho que decir con respecto al furtivismo.

Treinta operativos desde el confinamiento y una veintena de personas investigadas

Una veintena de personas denunciadas, la práctica totalidad residentes en la zona, casi cinco mil metros de enmalle requisados, decenas de nasas decomisadas, un vivero precintado y más de dos toneladas de diferentes especies de mariscos y pescados recuperados. Ese es a grandes rasgos el balance de los operativos realizados por la Guardia Civil, agentes de Servizo de Gardacostas de Galicia y las propias cofradías de la Costa da Morte.

Esta treintena de dispositivos comenzaron justo con el estado de alarma y confinamiento en los puertos de Soneira y Fisterra, sobe todo en Camariñas, Camelle, Muxía y Fisterra, y se extendieron hacia los de Malpica y la ría de Corme y Laxe. Llama la atención el hecho de que una parte importante de los operativos se llevaron a cabo precisamente durante el estado de confinamiento, decretado por el Gobierno central el 14 de marzo. Unas semanas en las que, por lo general, el buen tiempo y las mareas invitaron a los furtivos a esquilmar las rocas y las playas de la zona.

Pesca ilegal

Pero además de furtivismo hay que destacar también una serie de operativos contra la pesca ilegal. En concreto, por deficiencias graves en la documentación intervenida a los ahora denunciados, por carecer esta mercancía de toda trazabilidad que exige la

Lei de Pesca de Galicia, por tratarse de especies en su mayoría de fase de desove y, por tanto, estar prohibida su captura. En la Guardia Civil y en algunas cofradías vinculan este repunte de la actividad ilegal al creciente número de familias que se han visto en la obligación de recurrir a este tipo de prácticas para lograr unos ingresos como consecuencia de las graves secuelas del covid-19, aunque en la mayor parte de los operativos los denunciados son profesionales del mar con el permiso de explotación en vigor. Es, como se suele decir, tener el enemigo en casa.

Unas multas que invitan a infringir la norma sobre pesca y marisqueo

Los baremos sobre las cuantías a abonar, según el tipo de infracción cometida, vienen especificados en la Lei de Pesca de Galicia

11/2008, del 3 de diciembre. En concreto, en el Capítulo III, a partir del artículo 142 y siguientes. Un cuadro de sanciones administrativas que en la mayoría de los casos invitan a infringir la norma al tratarse de unas multas que, por lo general, son muy inferiores al daño ocasionado a las cofradías y a las familias que se dedican al mar.

Sanciones en materia de cooperación con las autoridades. Infracciones catalogadas como leves (60-300 euros), graves (301-6.000), y muy graves (6.001-60.000 euros).

Sanciones en materia de pesca profesional y marisqueo. Leves (30-150 euros), graves (151-30.000) y muy graves (30.001-150.000 euros).

Sanciones por la comercialización irregular y fuera de los cauces legales de productos pesqueros. Leves (60-300 euros), graves (301-60.000) y muy graves (60.001-300.000).

Sanciones por incumplir los preceptos normativos en pesca recreativa. Leves (30-150), graves (151-3.000), y muy graves (3.001-18.000)

Sanciones en materia de actividades náuticas de recreo y subacuáticas profesionales. Leves (30-150), graves (151-6.000) y muy graves (6.001-60.000 euros).

La reincidencia en todos estos casos conllevaría una cuantía de multa económica mayor e, incluso, sanciones de índole judicial.

En todo caso se trata sanciones de índole administrativo, que no penal. En la mayoría de las ocasiones, según explicaron desde los pósitos, los infractores se declaran insolventes o compensan el pago de la multa con una mayor actividad furtiva.