Cae el precio del alquiler de bajos comerciales por falta de demanda

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

El covid ha dado la puntilla a un sector inmobiliario que todavía no se había recuperado de la crisis del año 2008

12 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las inmobiliarias de la Costa da Morte están trabajando como había muchos años que no lo hacían. Desde que se desató la crisis inmobiliaria no había tenido tantos clientes, pero mientras el alquiler y venta de casas y de pisos con terraza se ha disparado a niveles nunca vistos, el apartado de los bajos comerciales ha quedado completamente paralizado. Ambos son efectos de la gestión de la pandemia, que, por un lado, ha hecho valorar la vivienda mucho más, y ha entrado a saco como un elefante en una cacharrería en el pequeño comercio en general y especialmente en la hostelería.

Un vistazo rápido a las ofertas de la oficinas inmobiliarias ya da una idea de que la oferta crece a pasos agigantados. Los cierres están poniendo en el mercado locales que eran míticos, y si para una casa con patio el agente recibe una media de 30 llamadas, para un bajo comercial, por más céntrico que esté, no hay ninguna. Esta situación no es nueva. Desde el pinchazo de la burbuja el sector ha ido ha menos, pero el covid ha sido el que le ha dado la puntilla a las expectativas de los propietarios de locales a pie de calle. El precio de los alquileres ha caído a la mitad. Alfonso Villar, de Elías Inmobiliaria, pone el ejemplo de lo que ocurre en Baio, donde rentas que andaban entre los 700 y 800 euros no superan ahora los 400.

Paralización

El pequeño comercio está prácticamente parado en la mayor parte de la Costa da Morte y también desde los concellos se han apercibido de que se están aplazado proyectos que estaba casi listos. También ha ocurrido en la hostelería, donde la paralización a la espera de lo que vaya a ocurrir en los próximos meses es más que evidente. Precisamente este verano tenía que estar ya abierto un nuevo establecimiento en la localidad de A Silva, en Cerceda, pero en abril su propietario ya tenía claro que no iba a hacerlo. El empresario de hostelería José Manuel Castro comentó: «Imos continuar coas obras moi a modo, con moito tempo. Abriremos para a Feira das Nenas do próximo ano».

Sin embargo, sí hay algún hostelero que ha mantenido sus planes y en Carballo reabrirá algún local muy conocido como la antigua Kasa Klandestino, en la Ponte da Pedra, pero son casos contados.

El agente inmobiliario Chus Arán, de Carballo, señala que en los últimos cinco meses, desde la imposición del estado de alarma, apenas ha conseguido sacar alguno de los locales que tiene en alquiler y eso que cuenta en su cartera con muchos establecimientos que han tenido una gran importancia.

Coincide con su homólogo Alfonso Villar en que el sector va a ir regulándose y cambiando y esperan más cierres que dejarán más locales en venta o alquiler.

Consideran ambos que el teletrabajo que está atrayendo a muchos profesionales de las ciudades a las zonas rurales está perjudicando a la hostelería, e incluso al pequeño comercio. Así, mientras se alquilan muchas casas y pisos amplios con terraza, se está paralizando el mercado de los bajos, donde la oferta supera en mucho a la demanda. Lo peor, según los especialistas, es que no parece que la tendencia vaya a cambiar por lo menos a medio y corto plazo.

De casi 5.000 euros al mes a solo 2.650 en el centro de Carballo  

En la fuerte bajada de los precios de los alquileres está puesta la esperanza de que el mercado de reactive, pero el interés de los empresarios es todavía muy escaso, aunque se va notando algún movimiento.  

Gran Vía. Se trata de un gran local a la altura del jardín municipal, haciendo esquina con Álvarez de Soutomaior. Se puso en alquiler hace ya unos años por casi 5.000 euros mensuales y ahora está en 2.650. A este precio ha empezado a despertar algún interés y ya se han producido llamadas a la agencia que lo lleva. Por el momento no hay nada concretado todavía. 

Ponte da Pedra. Lo mismo ha ocurrido con otro local de restauración de la calle A Ponte da Pedra. Fue en su día Kasa Klandestino y llevaba un tiempo cerrado tras un cambio de gerencia y de nombre (se llamó últimamente A Esmorga). Probablemente en noviembre estará de nuevo abierto. También es un caso de bajada de alquiler, pero también de un bajo con un largo recorrido en el mismo sector.

 Fomento. Un bar frente al antiguo cine Rega es uno de los pocos establecimientos de hostelería que ha reabierto en los últimos meses. Los empresarios son de Vimianzo. En esta calle hay varios locales comerciales en alquiler. En años anteriores había mucho movimiento de cambio de negocio, pero la actividad ha quedado casi parada desde el estado de alarma. Varios negocios han cerrado en este tiempo.

Camiño Novo. El precio de un local comercial de pocos metros cuadrados en este tramo de calle en el centro de Carballo ronda los mil euros mensuales. Solo un poco más cuestan los bajos en la calle Coruña, probablemente la más cara del casco urbano de Carballo, copada sobre todo por la hostelería y con espacios para negocios de pocos metros cuadrados.

 Baio. Los alquileres de bajos comerciales en la localidad zasense, están ahora entre los 350 y los 600 euros se trata de locales que están en el centro. El precio actual es ahora casi la mitad que antes de la crisis inmobiliaria. En la zona de A Cacharoza, la antigua pizzería Venezia se alquila ahora por 400 euros mensuales.

Ponteceso. En pleno centro, en la calle Eduardo Pondal, la oferta de locales vacíos para alquilar es muy amplia. El precio anda entre los 300 y los 500 euros mensuales. 

Cee. También hay muchos bajos para alquilar en Cee. La renta está entre los 400 y los 800 euros, dependiendo de la localización y el estado del local. También hay locales a 1.000 euros.

La costa entre A Coruña y Carballo, la más valorada por los foráneos   

Si la actividad comercial e incluso la hostelera son deficitarias para las agencias inmobiliarias, el alquiler de casas e incluso la venta de solares se ha disparado. Muchos de los clientes, algunos en lista de espera, proceden de ciudades y aprovechan que el teletrabajo les permite residir en cualquier parte. Buscan la tranquilidad de las zonas rurales y el área que más se valora en estos momentos es la costa que va desde A Coruña hasta Carballo, sobre todo en los municipios de Arteixo y A Laracha, pero también en los arenales de Razo y Baldaio.