Devoción contenida en las romerías del año del coronavirus

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Ni multitudes, ni alfombras, ni procesiones en las grandes citas religiosas del mes de septiembre

07 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Estas dos primeras semanas de septiembre traerían consigo verdaderas multitudes a los epicentros romeros de la comarca, con la Milagrosa de Carballo, la Barca de Muxía y los Milagres de Caión. Este año, sin embargo, se celebrarán de manera muy diferente y la devoción tendrá que ser medida para no exceder las limitaciones que exige el covid.

Sin las espectaculares alfombras que normalmente vestirían todo el barrio se conmemoró ayer la Milagrosa en Carballo. En el interior del templo se guardaron escrupulosamente las distancias de seguridad, como también en el adro. No hubo procesión, ni tampoco ningún acto religioso en el exterior del templo.

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En Caión tocaría ayer subir a la Virgen hasta el santuario, pero este año todos los oficios se harán en la iglesia parroquial y sin que la imagen se mueva de su sitio. El flujo de romeros no se ha parado por el coronavirus, pero ha sido mucho menor.

Por su parte, en Fisterra festejaron el Carmen con misa, música y ofrenda a los náufragos, pero sin procesión marítima.

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«Pedinlle á Virxe poder vela e tocala o ano que vén, que toda esta tristeza se acabe dunha vez»

María Jesús Gómez Calvo, de Ordes, caminó ayer durante siete horas desde la parroquia de Bruma, en el Concello de Mesía, para encontrarse con la Virgen de los Milagros de Caión. Es una tradición que lleva cumpliendo seis años, aunque su relación con el santuario es mucho anterior: «Levo vindo a Caión 37 anos, pero comecei a vir andando por unha ofreza. Non son moi relixiosa, pero si moi devota desta Virxe, téñolle moita fe», explica Susi, a quien se le inculcó esta tradición desde niña en su casa.

Este año ha visto muchísimo menos movimiento en comparación con otros años. Respeta, asegura, la decisión de quienes se quedan en casa por miedo, pero cree que «o mundo non debería pecharse. Claro que hai que protexerse, pero non imos quedar sempre na casa. Eu traballo de cara ao público e teño claro que podemos coller o virus en calquera lado», explica la ordense.

Lo que cada uno pide para sí es muy personal, pero Susi confiesa que también se ha acordado de quienes peor lo están pasando durante esta pandemia: «Pedinlle á Virxe poder volver vela o ano que vén, e poder tocala como se fixo sempre. Que se acabe esta tristeza dunha vez», dice.

Partieron a las 7 de la mañana de Mesía y llegaron a Caión justo para comer. Después, aprovecharon y se quedaron para una de las misas de la tarde, que se celebraron en la iglesia parroquial.