El vóley resiste en Razo y suma nuevos jugadores en los últimos dos meses

caterina devesa CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Hay control de entrada y desinfección de pelota y red para garantizar la seguridad

28 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia por el coronavirus no ha quitado las ganas de practicar deporte a los carballeses, que este verano han vuelto a animarse en las escuelas de vóley de la playa de Razo. «Pensábamos que igual venía menos gente por el covid, pero para nada. Estamos muy contentos porque desde que comenzamos la actividad en julio ha habido muchos jugadores todos los días, incluso con mal tiempo. La gente quiere jugar y divertirse, y el vóley lleva muchos años practicándose en Carballo, por lo que ya es un deporte asentado que tiene sus seguidores», indica Rosalino Mariño, coordinador de la actividad que organiza el Concello y la Asociación Deportiva Voleipraia Costa da Morte.

Más de cuatro horas al día

A lo largo de estos dos meses, unas 2.500 personas en total pasaron por las dos pistas instaladas en el arenal de 16.00 a 20.00 horas. «Es lo habitual durante el todo el verano, este año hubo un poco menos de gente porque solo colocamos dos pistas y los otros veranos eran cuatro», afirma Mariño, que añade: «Algunos días nos quedamos más tiempo y otros, como pasó este miércoles, instalamos una tercera para que pudieran jugar los participantes en el campamento». Debido al éxito, la intención es prolongar la actividad. «Finaliza el día 31, pero queremos dejarla hasta el 15 de septiembre. Lo estamos hablando con el Concello. Así, además aprovecharíamos para que el equipo masculino del Club Xiria Vóley de primera división hiciera en la playa la pretemporada», indica.

Sobre la adaptación del deporte al coronavirus, los organizadores manifiestan que no ha supuesto ningún inconveniente a la hora de practicarlo. «Tenemos un protocolo claro de forma que en las entradas de las pistas los jugadores se desinfectan las manos con gel hidroalcohólico. Tienen que acceder y salir por el mismo lugar, y luego dentro juegan sin la mascarilla, pero mantienen unos con otros la distancia de seguridad», apunta Mariño. Del mismo modo, la red y la pelota se desinfectan regularmente. «A lo largo de las cuatro horas de juego una sulfatadora desinfecta la red cada media hora o tres cuartos de hora. Por supuesto, la pelota se limpia entre juego y juego con un espray desinfectante».

Cumplimiento de las normas

El cumplimiento de las normas ha sido muy alto entre los participantes. «No hemos tenido ningún problema. Juega gente de todas las edades y de todos los sitios, turistas, carballeses... De todo. Tampoco conocemos que haya habido casos de coronavirus entre los jugadores ni sus contactos».

No obstante, en ocasiones se han juntado grupos de jóvenes para ver los partidos entre los que no se respetaban las medidas impuestas por las autoridades sanitarias. «A veces se reunían pandillas de chavales fuera del recinto de las pistas y sí que hemos observado que algunos se relajaban e igual estaban sin la mascarilla. Al no estar dentro de la instalación nosotros no podemos hacer nada, aunque les recordamos a todos las medidas sanitarias», explica Rosalino Mariño.

Sobre los participantes en la iniciativa, además de algunos visitantes ocasionales de la playa, la mayoría son caras conocidas para el organizador. «Llevamos haciendo muchos años esta actividad y mucha gente viene todos los veranos por lo que ahora ya tiene un nivel muy alto y cada temporada ves su progresión. Los hay fijos que vienen todos los días, después también participa mucha gente de la Asociación Deportiva Voleipraia Costa da Morte».

En cuanto a las edades, Mariño apunta a que no hay límite, pero que los más pequeños tienen siete u ocho años.