GUÍAS DE VERANO | La de Dumbría concentra la notoriedad, pero hay otras interesantes caídas de agua: ¿las conoce?
23 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El espectáculo visual y sonoro es tal que uno puede que hasta tenga la tentación de lanzarse con unos versos. No es de extrañar tal empuje, porque hasta el bardo Eduardo Pondal loó la magia de estos fenómenos geológicos que son las cascadas. No son pocas las que se pueden encontrar en la Costa da Morte, por más que O Ézaro, en Dumbría, concentre buena parte de la fama... y de los visitantes, todo sea dicho de paso. Estrenó además a finales de primavera una pasarela que da acceso universal a este icono turístico de la comarca y de Galicia, y por allí pasaron, únicamente en el mes de julio, nada menos que 50.000 personas. Dicen de ella que es el único ejemplo en Europa de un río que desemboca en cascada, pero escudriñar el territorio permite ver, obviamente a una escala mucho menor, otras curiosas cascadas en esta tesitura: San Miro (Malpica) es un caso. Pero hay más.
La pequeña de Rebordelo, en un extremo de la playa, tiene su encanto y de hecho fue seleccionada por la Deputación para su almanaque. Si visita Cabana, allí estará, además, el Pozo da Forca, cargado de misterios: debe buscarlos en Riobó.
Dumbría tiene otras fervenzas, como la de Xestosa (Buxantes) o alguna bien vistosa en San Crimenzo, pero es en torno a O Ézaro que ha creado identidad.
Zas emprendió recientemente un proceso de puesta en valor de las suyas, aglutinándolas bajo una Ruta da Auga que justamente a principios de este 2020 trataban de impulsar: O Rabiñoso, Budián y Parga son las cascadas más destacadas, en afluentes del río Grande, y en la parroquia de Gándara.
No a todas es el camino tan recto como hacia O Ézaro, claro: en varias hay que ir sorteando vegetación y mirando bien donde se ponen los pies, sobre todo si ha llovido últimamente. En Ponteceso, bien cerca de la cuna del autor del Himno se encuentran dos férvedas de historia destacada, la caída de la Brixería, «rugiente catarata» (si lleva agua abundosa) y la cascada de Lagares o Pozo da Señora: ambas fueron retratadas por la pluma pondaliana, que para esta última reservó una «princesa moura encantada». Está rodeada de leyendas y hay rutas en Wikiloc para alcanzarlas.
Escuchar en solitario estas sonoras caídas del agua lamiendo piedra y tierra es posible, salvo obviamente en el caso de O Ézaro. En los últimos tiempos se han popularizado, también, las Férvedas de San Paio, en Entrecruces, y de Rus, ambas en Carballo, con una ruta definida en el portal de Turismo.
Incluye patrimonio cercano, como en el caso de las Caldeiras do Castro (Couceiro, Muxía).