La experiencia del 2017 multiplica el control ante la inminente sequía

Cristina Viu Gomila
CRISTINA VIU CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Los concellos de la Costa da Morte están alerta por si la falta de lluvia obliga a reforzar el abastecimiento

07 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Aún no ha ocurrido, pero todos los concejales consultados reconocen que apenas está empezando agosto, por lo que queda mucho verano por delante y hasta que no pase no será posible sacudirse el fantasma de la sequía. Los ganaderos ya claman por algo de lluvia para la próxima semana, porque la espiga del maíz la necesita y los concellos empiezan a encontrarse con niveles alarmantemente bajos en algunos ríos. Los controles se han multiplicado desde el grave desabastecimiento del 2017, que provocó un constante trasiego de cubas durante semanas para poder garantizar el suministro de agua en muchos puntos de la Costa da Morte. Esa experiencia se tradujo además en obras que alejan el problema, pero no lo evitan totalmente. De hecho, hay lugares en que el desabastecimiento estival es ya un clásico, como ocurre en el monte Xalo, donde hay restricciones desde hace semanas.

En Carballo la nueva captación está siendo fundamental para mantener el consumo. Desde el Concello comentaron que preocupa el nivel del Anllóns, que es bajo sin ser todavía crítico, pero se está compensando con el buen caudal del Bardoso. También es importante que se haya terminado el proyecto de a traída de Razo, por Oza, ya que la zona costera fue una de las más afectadas en la sequía del 2017.

Tallo

En Ponteceso el área más afectada fue Tallo, pero ya en el 2018 se invirtieron 150.000 euros en mejorar la infraestructura y muchos vecinos ya tienen preparado el enganche en el caso de que fuera necesario. Lo que no se pudo hacer fue prolongar la canalización hasta Langueirón, pero no parece haber dificultades y los manantiales tienen un buen caudal. El dinero que debía invertirse, según explicó el alcalde, fue para cambiar tuberías en Corme, donde este ano no se ha producido ninguna rotura como venía siendo habitual en verano por la mayor presión del agua debida al incremento de la demanda.

En Cabana se dedicó parte del POS a ampliar la red de abastecimiento en Nantón y Anos, dos de las tres parroquias más afectadas por la sequía del 2017 junto con Riobó.

También en A Laracha se realizaron mejoras con la implantación del ciclo del agua, aunque el municipio ya consiguió esquivar lo más duro de la sequía del 2017. Un centenar de familias solicitaron entonces en enganche a la red municipal cuando los manantiales se quedaron secos.

Muxía

En Muxía tampoco hay problemas de momento, pero el alcalde, Iago Toba, no los descarta si se mantiene la ausencia de lluvias, Ese es el motivo por el que se está haciendo un seguimiento exhaustivo de los niveles. Una avería desató las alarmas hace unos días porque hubo un bajón importante en el depósito, pero se solucionó. El regidor explicó que se ha puesto en contacto con Augas de Corcubión para que estén pendientes del caudal. La cuestión es que la población en Muxía se ha incrementado notablemente a causa de los numerosos turistas y la apertura del parador ha supuesto también una mayor demanda de agua. Iago Toba aseguró que el nivel del río Negro es bueno, por lo que no hay motivo de preocupación, pero reconoció que si se mantiene la ausencia de precipitaciones puede sobrevenir el desabastecimiento, que se garantizaría con cubas, como ya se ha hecho en anteriores ocasiones. Si se diera esta circunstancia ya está también preparado el servicio de transporte para llenar los depósitos en el momento que se necesite.

Las restricciones han vuelto al monte Xalo, con abastecimiento de 19.00 a 23.00 horas

Cada vez son menos los vecinos del monte Xalo que tienen problemas con el agua porque muchos han realizado pozos, puesto que las restricciones por falta de agua se repiten todos los años y suelen comenzar ya con el verano. Sin embargo, todavía son bastantes los que dependen del pequeño embalse. Ahora ya llevan un mes con el suministro tasado. Hasta hace poco les llegaba el agua a los grifos entre las siete de la mañana y las cuatro de la tarde, pero ya han tenido que pasar a una nueva fase y ahora solo hay abastecimiento de 19.00 a 23.00 horas. En principio no está prevista una nueva reducción, pero todo dependerá de cómo vaya el verano.

Se trata de un caso casi endémico, con problemas desde hace más de 30 años y sin más solución que la que puedan darse a si mismos los vecinos. El hecho de que la urbanización esté repartida entre los municipios de Cerceda, Culleredo y Cambre no mejora las cosas.

Piscina

Sin embargo, este año algunos residentes se encontraron con que a pesar de los problemas se llenó de agua la piscina comunitaria, aunque la instalación no ha llegado a utilizarse, al parecer por las restricciones del covid-19.

Los problemas con el suministro de agua generan todos los veranos quejas y malestar entre los residentes, muchos de los cuales se han visto obligados a realizar importantes inversiones para garantizarse un servicio imprescindible. Para los que no tienen esa capacidad no queda otra que limitarse a utilizar el agua cuando la dan.

Lo peor en la Costa da Morte llegó en noviembre

El 2017 puso a prueba los distintos abastecimientos de agua en la Costa da Morte y muchos de ellos no pasaron el examen. Lo peor llegó en noviembre tras un verano extremadamente seco. La situación actual es mejor porque desde entonces se han hecho mejoras, pero hay zonas que arrastran dificultades desde hace años y las carencias no se han resuelto. En todo caso, en ese otoño de hace tres años, los casos de desabastecimiento de multiplicaron por toda la zona y duraron meses.

En Carballo los primeros problemas se detectaron en agosto y persistieron casi hasta final de año. Uno de los puntos negros fue A Imende, pero llegó a haber 40 lugares de suministro con camiones, con unos 50.000 litros de agua diarios.

En Ponteceso, el centro del desabastecimiento fue Tallo, pero también Niñóns. Afectó especialmente a ganaderos y agricultores, como pasó en Coristanco, donde tuvieron que hacer frente a las restricciones los ganaderos, lo que redujo la producción de leche. Las granjas son grandes consumidoras porque las vacas beben mucho.

Cee

También en Cee, en A Pereiriña, vieron como el manantial no daba abasto y lo mismo pasó en Muxía, donde las facturas del transporte de cubas para llegar los depósitos llegaron a ser astronómicas.

Entonces muchos concellos hicieron grandes planes para mejorar la situación, pero muchos no pudieron llevarse adelante. El Concello de Muxía llegó a negociar con el de Vimianzo para poder abastecer a algunos lugares con la traída de la capital de la comarca de Soneira.