Las bodas, de capa caída en la Costa da Morte ya antes del coronavirus

caterina devesa CARBALLO / LA VOZ

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Vanesa Caamaño y Pablo Eirís se casaron en junio del año pasado en Artes, Carballo.
Vanesa Caamaño y Pablo Eirís se casaron en junio del año pasado en Artes, Carballo. ANA GARCIA

Desde el 2015 la tendencia está a la baja, salvo en la comarca de Fisterra

04 ago 2020 . Actualizado a las 11:12 h.

«Estar soltera está de moda», dice el estribillo de una popular canción de reguetón, el género preferido por muchos de los jóvenes que parecen coincidir con la afirmación de la letra y se decantan por la soltería como estado civil. Así lo reflejan los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), en los que se observa una caída en el número de matrimonios contraídos en la Costa da Morte: de las 338 bodas registradas en el 2018 a las 285 del 2019. Una disminución que supone una bajada de más del 15 % y que se concentra sobre todo en la comarca de Bergantiños, en donde la reducción ha sido de 213 a 173. De entre los concellos del área, Carballo es el que registra el descenso más acusado, al pasar de 126 a 73 enlaces en un año.

Enlaces con menos invitados

Si se comparan los datos del 2019 con los de los últimos años se observa que desde el 2015 la tendencia es a la baja, exceptuando algunas áreas. En Bergantiños los matrimonios se han reducido en 47 en estos cinco años; Cerceda ha pasado de 17 a 8, y los municipios de Soneira de 42 a 37. En contra de la tendencia general, Fisterra mantiene un leve incremento en ese período.

«Si notamos o ano pasado un pouquiño menos de vodas, pero pouca cousa», indica Chelo Suárez, del restaurante Punta del Este de Carballo. «O que si percibimos é unha diminución do número de invitados. Antes había moitas celebracións con 170 persoas e agora son vodas mais pequenas, moitas de 130», señala la encargada. «O próximo ano si se reflectirá a redución debido a crise do coronavirus. Temos todas aprazadas para o 2021», señala Suárez, que añade: «O 2020 é de parón total». Un parón que afectará también a los enlaces del 2021. «Este ano a xente non se decide. Os que tiñan reserva para 2021 seguen adiante, pero os que tiñan pensado casar, e non organizaron nada aínda, están con dúbidas pola situación».

Donde más se nota la reducción es en las bodas religiosas. «Claro que han bajado en los últimos años», dice José García Gondar, párroco de Carballo. «El año pasado preparamos a 40 parejas, que se casaron en otras zonas de la comarca, mientras que aquí celebramos un total de 15 enlaces». Este verano la crisis sanitaria ha hecho que el cura solo haya celebrado dos matrimonios hasta la fecha. «Tuvimos a 28 parejas en la preparación, y ahora tenemos otro curso con 24», señala García, que apunta a que la tendencia negativa se debe a cambios en la forma de vida.

Entre los que sí pasaron por el altar el verano pasado están Vanesa Caamaño y Pablo Eirís. «Casamos en xuño do ano pasado. A verdade é que os dous coincidimos en querer casar, porque si é certo que agora a xente casa menos. Penso que porque non se queren comprometer», señala Vanesa, que a sus 38 años lo hizo tras cuatro años de noviazgo. «Foi un día moi emocionante, ademais casamos pola igrexa en Artes», señala la mujer. «Pásase traballo organizando todo, pero compensa», afirma.

La escasez de nacimientos marca la crisis poblacional

A pesar de que en el 2019 los fallecimientos experimentaron una reducción con respecto al 2018 (1.453 frente a 1546) continúan a ser más del doble de los nacimientos, lo que provoca que todos los municipios de la Costa da Morte mantengan un saldo vegetativo negativo.

La nueva bajada en los índices de natalidad, que pasa de sumar 630 alumbramientos a 605 en el 2019, agrava el problema poblacional en una zona marcada por el envejecimiento, ya que cuenta con una media de edad que ronda los 50 años. Excepto los concellos de Cabana, Dumbría, Vimianzo y Cee, que registran un leve incremento durante el último ejercicio, todos los municipios se mantienen a la baja. El conflicto no es nuevo, pero se ha visto agravado en los últimos años. Si comparamos los datos actuales con los de hace 20 años la diferencia es de más del 37 %, con 356 alumbramientos menos entre 1990 y el 2019.