As Salgueiras, un oasis para la reconexión con el mundo natural

Caterina Devesa CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Niños de entre 6 y 16 años trabajan sus emociones y autocontrol al aire libre

29 jul 2020 . Actualizado a las 12:49 h.

Del confinamiento obligado por la pandemia durante el estado de alarma a la libertad absoluta durante los meses de verano. Los más de 265 menores con dificultades sociales de la provincia que participan en el programa Bioescuela: Naturaleza y Emociones, de la Fundación As Salgueiras (Soandres, A Laracha) con Cruz Roja y el apoyo de Vegalsa-Eroski, disfrutan de un entorno privilegiado en la compañía de animales como vacas, caballos o ponis, que se encuentran en libertad.

Recuperar lo perdido

«La idea de esta iniciativa parte de la necesidad de recuperar el tiempo al aire libre y dar rienda suelta a nuestras emociones tras esos meses de confinamiento que todos sufrimos, pero especialmente los niños y adolescentes», explica Mercedes Casanova, presidenta de Cruz Roja en la provincia de A Coruña.

Días sin tecnológica

Entre las actividades que realizan los participantes, de entre 6 y 16 años, hay juegos como la búsqueda del tesoro o tareas cotidianas con los animales. «Les dan de comer a los caballos, que hay más de 30, y los peinan Además, como están al aire libre, pueden interactuar con ellos, lo que les sirve para trabajar su autocontrol. Les explicamos que si chillan o corren los animales se alejan, para que de esta forma aprendan a interactuar con ellos», apunta Manuel Iglesias de la Fundación As Salgueiras. Para los organizadores de esta iniciativa, que se realiza los martes y jueves, es fundamental que los jóvenes pasen tiempo al aire libre. «Llevamos diez años haciendo esta actividad, pero este año se han dado dos fenómenos conjuntos que han sido el confinamiento unido a la tecnología. Vienen de estar mucho tiempo en casa y jugando entre ellos, pero de forma virtual por lo que necesitan estar al aire libre y convivir entre ellos más que nunca», aclara Iglesias, que indica que la pandemia acentuó todavía más esas pautas de comportamiento entre los jóvenes. «Aquí, además de descubrir la naturaleza, porque muchos nunca habían estado en un entorno verde, también aprenden a relacionarse entre ellos y en grupo».

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Los beneficios del programa se plasman en la cara de los participantes, pero también en la de los monitores que trabajan con ellos. «Hoy vamos a hacer una búsqueda del tesoro y a los que ganen les daremos medallas de chocolate como premio. Otro día hicimos un cuentacuentos y la verdad es que tanto ellos como nosotros disfrutamos mucho porque la finca es enorme», indican Roque y Analía, voluntarios de Cruz Roja.

«No le tengo miedo a los caballos, me gusta darles de comer manzanas»

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Los caballos son el mayor atractivo de la finca As Salgueiras para Martín, que a sus 5 años admite que no les tiene miedo y que le gustan más que los ponis. «Me gusta darles de comer manzanas, les damos el corazón de las que comemos nosotros porque les encantan», explica el niño mientras trata de darle hierba a uno de los ejemplares que se encuentra en la zona de cuidados. «Llego solo», le dice a una compañera que trata de ayudarlo para llegar al animal. Sin duda, la autosuficiencia también se trabaja en este programa.

«Venimos muchas veces porque nos divertimos mucho con los animales»

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Nada le hace sombra a los distintos animales que habitan la finca. «Los caballos y los ponis son lo que más nos gusta», confiesan Sara y Andreina, que repiten este año la actividad. «Venimos muchas veces porque nos divertimos mucho con los animales y podemos peinarles y darles de comer», comentan las pequeñas. «Están todos sueltos menos los que necesitan algún cuidado», aclaran.