«Para la gente que le guste la calma y la naturaleza este parador es ideal»

m. r / x. a. / p. b. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Los primeros huéspedes alabaron el complejo de Lourido, en Muxía, tras ser agasajados

26 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo Ocampo y María Pena se toparon ayer en Lourido (Muxía) con un recibimiento histórico. La bienvenida que se les brindó en el Parador Costa da Morte marcaba el fin de un tiempo, la larga espera, 17 años, para que esta infraestructura prometida tras el Prestige abriese finalmente sus puertas, tras muchas vicisitudes. Ambos, pareja, fueron los primeros huéspedes y como tal fueron agasajados, al igual que el primer empleado de la infraestructura, el jefe de mantenimiento, que entró a trabajar el 1 de diciembre.

Sorprendidos, desde luego, por tal revuelo, desearon que los visitantes que lleguen al parador se queden prendados de la Costa da Morte, como ellos lo están. «Esta es una zona de una belleza natural impresionante. Para la gente que le guste la naturaleza, la calma y escapar del bullicio, este parador es ideal», afirmó Ocampo. «Este lugar es hermoso, tiene mucha belleza: el verde en contraste con el acantilado, la calma...», expuso de su lado Pena. Ambos coincidieron en declarar a los medios que la construcción está muy bien adaptada al entorno: «No es un mastodonte, han respetado la zona». Acostumbrados a paradores de construcciones más clásicas, se mostraron encantados con el diseño del recién abierto en Lourido.

Completo por varios meses

En este aspecto incidió en diversas ocasiones el director del complejo, el fisterrán Julio Castro Marcote. Ayer lo volvió a hacer, aludiendo a lo «singular» del edificio, a su arquitectura «vanguardista», propia del siglo XXI, y al trabajo del arquitecto Alfonso Penela, que ha dado como resultado un inmueble fusionado con la ladera del monte Lourido, dispuesto en «socalcos» y con cubiertas vegetales.

A Castro Marcote le preguntaron ayer si le parecía que, abriendo después del San Xoán, se había eliminado el «meigallo» del parador, y parece que así está siendo. En apenas unas semanas, funcionando solo con turismo nacional por la situación sanitaria actual y fraguándose las reservas únicamente a través de la web de Paradores, han logrado colgar el cartel de completo para varios meses. «Teño experiencia na apertura doutros paradores, como o de Monforte ou de Ribas de Sil, pero non tiveron o impacto deste. Estamos moi sorprendidos coa acollida», expuso.

«Non hai ningún espazo sen vistas ao mar»

Castro Marcote hizo hincapié en la cantidad de luz que hay en el inmueble. También en que no hay ni un solo espacio «sen vistas ao mar». «O faro Vilán estanos saudando cada noite», abundó. Destacó el aprovechamiento de las energías, la apuesta por lo renovable y, también, algo que le vienen comentando en los últimos días: la espectacularidad del parador visto de noche, desde Muxía, pese a lo tenue de las luces. El fisterrán considera que muchos huéspedes se verán sorprendidos por lo tarde que se acuesta el sol en la Costa da Morte. Lo verán despertarse desde sus habitaciones, pero para despedirlo bien pueden acercarse hasta la Punta da Barca o hasta el monte Cachelmo. La víspera de la apertura, Castro Marcote decía no tener nervios, sobre todo porque contaba «cun bo equipo». Más de medio centenar de empleados que no dudaron en aplaudir el primer día y que, de otro lado, forman parte de esas sinergias locales y de ese impacto del que tanto se ha hablado: buena parte de ellos del municipio o de la comarca.

La idea de la integración en el entorno trasciende la arquitectura, porque a todos los niveles se nota lo que ya se había dicho en su día, que este parador es un homenaje a la Costa da Morte. De ahí las cartas náuticas cedidas por Pepe do Olegario, o de ahí la pared en la que se darán a conocer los naufragios acaecidos en estas aguas atlánticas. El inmueble tiene tintes de museo, con una colección de arte destacada, pero también con esculturas hechas a base de olería de Buño representando, a medida que se descienden las plantas, cada una de las fases del sol. No falta el encaje de Camariñas, ni la literatura del Batallón en una biblioteca en la que habrá, además, actividades para niños. La piscina infinity pool, cascada incluida; el spa con zonas de chorros, baño turco, sauna o cabinas de tratamientos; las suites y habitaciones adaptadas para familias numerosas... Todo parece concebido para un disfrute que ayer mismo pudieron testar algunos.

El covid-19 retrasó la apertura y obligó a modificar algunos detalles

El parador muxián iba a abrir sus puertas en Semana Santa, pero hubo de posponerse a casa del coronavirus. El covid-19 fue la puntilla de muchos otros retrasos y, obviamente, ha obligado a adaptar algunas cuestiones del funcionamiento de una infraestructura como esta. El restaurante, por ejemplo, luce un aspecto distinto, con las mesas dispuestas de forma que se respeten las necesarias distancias. El bufé, de otro lado, se ha convertido en productos elaborados en cocina y envasados de forma individualizada, al servicio del cliente. El propio papel, el de las cartas, o el de los folletos informativos, se ha transformado en un código QR. Se ha querido abrir con todas las garantías, conscientes de que esta nueva infraestructura hotelera viene a darle un valor añadido a una zona ya de por sí imán de tantos visitantes y peregrinos. El parador muxián está en el corazón de un Fin de Camiño.

Un adalid para la desestacionalización del turismo

La desestacionalización del turismo en la Costa da Morte es un viejo caballo de batalla del que se viene hablando desde hace años. El director del parador muxián cree que la infraestructura podrá aportar un grano de arena a este objetivo, porque si bien las jornadas de verano se antojan realmente atractivas en la infraestructura, lo mismo ocurrirá con los días de temporal de invierno. Contemplar la bravura del mar de la Costa da Morte desde el bello entorno de Lourido «ou dende o spa» atraerá, seguramente, a muchos curiosos.

Manuel Cancela y Carmen Sánchez: 66 años de casados

Manuel Cancela Iglesias (84 años) y Carmen Sánchez Vilas (83) fueron los primeros carballeses en pernoctar en el Parador Costa da Morte, cuenta su hijo Antonio. Celebran sus 66 años de casados, en tanto que contrajeron matrimonio en 1954. Vienen a cerrar un círculo porque se da la paradoja de que fue su hijo Juan Cancela quien, en el 2003, le trasladó al entonces vicepresidente del gobierno de Aznar Rodrigo Rato diversas peticiones, entre ellas la de un parador de turismo. Hoy es realidad y sus padres lo disfrutan.