La crisis sanitaria alimenta todavía más el furtivismo en la comarca

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

El marisco es la salvación ante los despidos masivos y los problemas para cobrar las ayudas

02 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El furtivismo es un mal endémico en la Costa da Morte. Lo ha sido desde siempre, alimentado por una parte de la hostelería, tanto local como de fuera, y particulares para obtener beneficios sin recurrir a los canales tradicionales de comercialización. Eso sí, a costa del trabajo de los mariscadores, que ven como sus ingresos van cada año a menos.

Al perfil habitual de furtivo -turista, pescador deportivo y mariscador con permiso de explotación en vigor- hay que sumar desde hace unas semanas el de personas que sufren en sus carnes las secuelas de la grave crisis provocada por el covid-19. Parejas que quedaron en la calle de un día para otro, afectados que llevan semanas sin ver un euro en sus cuentas corrientes y personas que todavía no han recibido un euro del ERTE al que fueron enviadas y que ven en la extracción ilegal de marisco una forma de ganar un dinero con el que dar sustento a sus familias. De hecho, en los últimos tres meses se han llevado a cabo una veintena de actuaciones contra el marisqueo ilegal en la Costa da Morte, entre las realizadas por el Servizo de Gardacostas de Galicia, la Guardia Civil (Seprona) y las propias cofradías de la zona. La mayor parte de estos operativos contra el furtivismo se llevaron a cabo en Camariñas, Fisterra y Muxía.

«Las denuncias por furtivismo comenzaron en pleno confinamiento, es decir, cuando la gente todavía no podía salir a la calle, salvo causa justificada, y con la hostelería cerrada a cal y canto por el real decreto del Gobierno. De lo que se deduce que había, y hay, un mercado latente, ligado de forma directa con la crisis económica provocada por el covid-19», argumentó un guardia civil experto en la materia. Una versión que corrobora el patrón mayor de Camariñas, Ramón Lema Romero: «O furtivismo multiplicouse por cinco ou por seis. Unha persoa que colle un puño de marisco lévase un quilo, ben para casa ben para vender. Se son cen persoas, son cen quilos, pois multiplique todo iso por trinta días do mes... E así todo o ano. Podo entender dende o punto de vista persoal e humano, que unha familia desesperada poida ír ás rochas ou ás praias porque non ten nin para comer. Pero non o comparto porque na confraría de Camariñas prexudícase a 120 familias que viven por e para o marisco». Y añadió: «Para iso esta o Goberno, para regular e garantir as axudas e os subsidios dos ERTE e os ceses de actividade. Porque nós, como mariscadores, temos que manter ás nosas familias, pagar os autónomos, os permisos de explotación, as cotas á Seguridade Social...».

Daño al trabajo de un año

El patrón mayor entiende que esta práctica ilegal hace mucho daño al trabajo de todo un año: «O berberecho, a ameixa... Hai que sementar, coidar, hai que controlar os bancos marisqueiros, vixiar as pedras ricas en percebes, ás que, por certo, nós imos unha ou dúas veces ao ano, e temos vixiantes aos que tamén hai que pagarlles un soldo».

Pero el furtivismo sigue en auge en la Costa da Morte: «Nós temos dentro da agrupación aos catro de sempre, que xa foron denunciados e sancionados. Teñen o permex en vigor e son, xunto cun grupo que veñen da parte de Cee, os que máis danos causan», argumentó el patrón mayor de Camelle, Xosé Xoán Bermúdez, que hace unos días denunció acciones extractivas ilegales.

Toño Haz, directivo del pósito de Muxía, explicó que en las últimas semana decomisaron varias partidas de percebe, extraídas de forma ilegal en el entorno de A Buítra, Touriñán y A Barca.

Sanciones

Los baremos sobre las cuantías a abonar según el tipo de infracción cometida vienen especificados en la Lei de Pesca de Galicia 11/2008, del 3 de diciembre. En concreto, en el Capítulo III, a partir del artículo 142 y siguientes.

Sanciones en materia de cooperación con las autoridades. Infracciones catalogadas como leves (60-300 euros), graves (301-6.000), y muy graves (6.001-60.000 euros).

Sanciones en materia de pesca profesional y marisqueo. Leves (30-150 euros), graves (151-30.000) y muy graves (30.001-150.000 euros).

Sanciones por la comercialización irregular y fuera de los cauces legales de productos pesqueros. Leves (60-300 euros), graves (301-60.000) y muy graves (60.001-300.000).

Sanciones por incumplir los preceptos normativos en pesca recreativa. Leves (30-150), graves (151-3.000), y muy graves (3.001-18.000)

Sanciones en materia de actividades náuticas de recreo y subacuáticas profesionales. Leves (30-150), graves (151-6.000) y muy graves (6.001-60.000 euros).

La reincidencia en todos estos casos conllevaría una cuantía de multa económica mayor e, incluso, sanciones de índole judicial.

Arranca una nueva campaña marisquera marcada por la incertidumbre

Los mariscadores adscritos a las cofradías de Caión, Malpica, Laxe, Malpica, Camariñas, Camelle, Corme, Fisterra, Muxía y Corcubión están llamados hoy para el inicio de una nueva campaña extractiva, que vendrá marcada, sin duda, por la incertidumbre sobre el futuro a muy corto plazo del turismo y, por tanto, de la hostelería.

En Camariñas, según avanzó ayer el patrón mayor, Ramón Lema Romero, los 120 profesionales con permiso de explotación de moluscos en vigor están citados a las siete y media de la mañana para trabajar en la playa de Paxariña, entre Dor y Xaviña. «Estaremos en torno a unha hora e logo levaremos o berberecho para a poxa na lonxa a partir das nove da mañá». Cada mariscador podrá extraer diez kilos de berberecho al día. «Non sei se virán todos os socios, pero polo que falo ca xente hai ganas de traballar e de recuperar a normalidade á maior rapidez posible», apuntó el máximo responsable del cabildo camariñán.

Otros que regresarán hoy al trabajo son los profesionales adscritos al pósito de Camelle. Pero las dudas, como en el resto de entidades marineras de la Costa da Morte, son el principal lastre en este esperado inicio de temporada extractiva. O eso es lo que se desprende del testimonio aportado por el patrón mayor, Xosé Xoán Bermúdez: «Estes días atrás vendemos moi ben o percebe. Entre os 35 e os 55 euros o quilo, o que non está nada mal. Era un percebe bo, da zona das Baleas». Achacó estas buenas cotizaciones a la escasez de producto en las lonjas: «O problema é que vai pasar a partir de mañá [por hoy para el lector] cando todos saiamos a traballar e, sobre todo, como será a campaña turística e como vai responder a hostalería», explicó Bermúdez.