El chiringuito de Balarés se reinventa por el covid-19 y alentará comidas en el pinar

P. b. m. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

Ana Sousa, responsable del establecimiento desde hace tres años, comenta que, si todo va según lo previsto, dejarán de hacer tantas raciones y se pasarán a los pollos para llevar

26 may 2020 . Actualizado a las 21:11 h.

El covid-19 y todo lo que ha traído aparejado está llevando a muchos negocios a reinventarse, a buscar alternativas. Es el caso del Chiringuito de Balarés, en Ponteceso, de cuya gestión se hizo cargo en la Semana Santa de hace tres años la baiesa Ana Sousa. Contaba este pasado domingo que la terraza, ahora mismo con 27 mesas, les está funcionando muy bien y que, aunque ayer ya podrían haber abierto el interior, con aforo limitado, esperarían un poco para hacerlo. «A xente está concienciada e o local é grande, pero cantas máis medidas de seguridade se tomen, mellor. Agardaremos un pouco para ver tamén máis claro como van as cousas», explica. A raíz del coronavirus y de las exigencias que ha traído, se ha planteado una reformulación del establecimiento y del modelo de negocio.

«Unha máquina de polos»

Ofrecerá menos opciones de raciones para compartir, que es lo que imperaba hasta ahora, e instalará, si todo va según lo previsto, «unha máquina para asar polos».

La idea es la siguiente: que quienes acudan a la playa puedan llevarse el suyo y disfrutarlo al aire libre, en el magno pinar del arenal, por ejemplo. La iniciativa tiene de fondo el evitar aglomeraciones de clientes en el interior del establecimiento, o un flujo incesante en torno a la barra, «porque aquí no verán xúntase moita xente». No habrá que preocuparse más que de disfrutar, porque cuenta Sousa, «nós darémoslle os pratos e todo». De hecho, pretende incluir en la oferta desde tortillas a empanadas, estableciendo contacto para ello con alguna panadería cercana. Es una forma, también, de reducir esperas para comer, con la cocina abierta hasta tarde en verano. «Este é un lugar único, un espazo aberto», dice Ana. Está muy contenta de cómo han ido estos tres años al frente del negocio, aunque ya tenía experiencia en la hostelería: fueron 13 con otro bar en Ponteceso, que compaginó con el chiringuito durante uno. «Ao final quedeime só con este», detalla.