Los Bardanca dan la nota por el covid

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

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Los trompetistas piden a las comisiones que aplacen las fiestas y no las suspendan

17 may 2020 . Actualizado a las 17:51 h.

Los Bardanca han vuelto a dar la nota. Esta vez no ha sido desde la ventana de la casa de la matriarca sino desde el jardín de la vivienda de Javier, profesor del Conservatorio de Música de Carballo e integrante de la orquesta Trébol. Él, su hermano Carlos, miembro de Los Satélites, y sus respectivas trompetas han interpretado Fandango, una pieza con la que, a través de las redes sociales, han querido llamar la atención sobre la precaria situación de los músicos para los que ni siquiera hay pautas de desescalada, según denuncia Javier, pero también animar a la gente en general, ya que dar alegría y buen rollo y es el principal cometido de los integrantes de las orquestas.

Ninguno de los dos hermanos deberían estar en su casa. Un sábado de mediados de mayo era hace solo un año un bolo seguro, pero ahora no saben cuándo podrán volver a tocar fuera de sus respectivos jardines o las áreas de ensayo, donde arrancaron el año preparando una temporada que debía haber empezado ya, pero sobre la que no hay fecha. «Estamos un pouco desamparados», dice Javier Bardanca, que teme que los músicos acaben buscando otra ocupación.

La principal demanda es para las comisiones de fiestas. Entiende que no se puedan organizar verbenas, por lo que pide que en lugar de suspender las fiestas las aplacen. «Ninguén sabe o que vai pasar e para anular sempre hai tempo», dice, sobre todo si se trata celebraciones a partir del 15 de julio. De hecho, cuentan con poder trabajar agosto.

Los ERTE son el único sustento para un sector que no ve una salida

 

Buena parte de los músicos son discontinuos, por lo que están sometidos a ERTE. La cuestión es que no saben si podrán trabajar algo en verano o si habrá que esperar. Se quejan de que no se les ha tenido en cuenta en la desescalada. Javier Bardanca entiende perfectamente la dificultad de la situación, pero cree que deberían dictarse normas para poder celebrar algunas fiestas. «Sería importante que fixeran como nas terrazas, que puxeran unha separación, un aforo», explica.

La esperanza está ahora en poder trabajar algo al menos en agosto y hasta octubre, pero para eso sería bueno que se establecieran unos pasos. Considera que si no ocurre esto «as Administracións terán que botar man das orquestras» porque, según dice, muchas de ellas corren serio peligro de desaparecer.

«Se vivimos sobre todo do que gañamos de marzo a outubro, cómo imos chegar ao inverno que ven?», se pregunta.