«Despois de 36 días no cuarto, por fin saímos deste pesadelo»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

Este matrimonio de Baio supo ayer que, tras más de un mes de sufrimiento, por fin han superado el virus

23 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada uno en una habitación, usando baños diferentes, sin poder ver a su familia y encerrados día y noche entre las mismas cuatro paredes. Así pasaron el último mes Fernando Montero y Sara Valiña, un matrimonio baiés de 65 y 64 años que acaba de superar el coronavirus. «Despois de 36 días metido na habitación, por fin saímos deste pesadelo», comenta él, que fue el primero en contagiarse de una enfermedad que lo dejó tirado en cama durante varios días.

Comenzó a sentirse mal el 15 de marzo y tras varios días en los que la fiebre no hacía sino subir, decidieron llamar al centro de salud. Le confirmaron su positivo y, días más tarde, resultó también contagiada su esposa Sara, que, a diferencia de Fernando, sí requirió de asistencia hospitalaria durante la convalecencia.

Cada día recibían llamadas de control del centro de salud para conocer su temperatura, tensión arterial y oxígeno en sangre. «O comportamento foi excepcional, tanto do centro médico como do hospital. Creo que viviron a enfermidade con nós», aseguran.

Los 36 días que Fernando tuvo que vivir encerrado en una habitación dieron para mucho; sobre todo, para ver películas y hacer sudokus. Nada de telediarios: «Negábame a ver as noticias. Vendo tantos falecidos, pénsanse moitas cousas. Así que me dediquei a ver moitas películas e, cando me cansaba ou cando non había, facía sudokus», narra Fernando, «o problema é que, ás veces, a cabeza pensaba de máis, desconcentrábame e tiña que plantalos. Os nervios seguían aí», añade.

Nada más conocer la noticia de que habían dado negativo al test, lo primero que hizo este baiés fue darse una buena ducha y bajar a tomar el aire a la puerta de casa. Ahora pueden hacer los recados permitidos para el resto de vecinos, como ir al supermercado o al banco, y ya están desinfectando la vivienda, que al ser grande permitió guardar las distancias con sus hijos y evitar más contagios en la familia. Sobre todo, a su nieto, que corrió a su cuarto nada más saber la buena nueva: «Con 7 ou 8 anos xa se ía dando conta do que pasaba. Quedou moi contento», cuentan.

El matrimonio regenta el histórico establecimiento Casa Rogelio, fundado en 1936 y que consta de estanco, bar, lotería, droguería... Es un todo en uno que funciona los 365 días al año 16 horas al día. «O local tamén o desinfectamos a fondo. A xente que non teña medo por vir, porque agora parece ser que xa non podemos contaxiar», apunta Fernando, que se emociona al hablar de las múltiples llamadas recibidas de vecinos y amigos interesándose por su salud.