De la ilusión por abrir su negocio a dos inundaciones y el cierre por la crisis del coronavirus

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

La zasense Patricia Trigo, que abrió una imprenta el año pasado, tiene que hacer frente a miles de euros en gastos sin haber percibido ni una ayuda por el cese de su actividad

21 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los números son fáciles: con 8.000 o 9.000 euros de gastos, sin percibir ingresos, ni subvenciones, ni la ayuda por cese de actividad de autónomos... Las cuentas no dan. Y si por encima su proyecto, que inició hace menos de un año, se ha llevado sus ahorros, menos aún.

Eso le sucede a Patricia Trigo, una zasense de 33 años que invirtió sus reservas en el traspaso de una imprenta en agosto del año pasado y con la que ha sufrido ya dos inundaciones y el cierre por coronavirus. Desde luego la suerte no está de su lado, y menos cuando todo se ha vuelto desembolsar. «É vergonzoso que non fagamos máis que pagar e que a min, por exemplo, me deban todo o IVE do ano pasado, que son uns 4.000 euros e para unha empresa pequena coma a miña é unha axuda moi grande. Dixeron que llo ían pagar a tódolos autónomos, pero eu aínda non vin un triste euro», comenta Patricia, quien tampoco sabe aún si le conceden la prestación especial para autónomos afectados por el cese de actividad. En el caso de los créditos, también explica que, al haber facturado solo unos meses en 2019, la cantidad asignada sería de apenas 4.000 euros, «que daría escasamente para un mes unha vez reabríramos, e habería que contar con que ao principio non se vai facturar como antes».

Su caso es muy particular, porque tiene tanto tienda de atención al público -que no puede abrir- como taller de producción, que en teoría podría tener funcionando, pero que, como es lógico, «sen encargos, non hai produción». Ya tiene alrededor de 4.000 euros de mercancía parada que todavía no sabe si le irán a recoger; y a todo esto hay que sumarle la situación de su empleada, en casa y cobrando escasos 400 euros. «Se fose unha empresa grande claro que lle axudaría, pero, no meu caso, non podo. A campaña de verán (eventos, vodas e festas) xa a dou por acabada mesmo antes de empezar, porque nos din que ese tipo de eventos non os haberá ata setembro ou outubro. Os autónomos, e sobre todo os que acabamos de comezar, estamos tirados de todo», señala la zasense, que, al menos, cuenta con la ayuda de los propietarios del local: «Dixéronme que non me preocupe polo aluguer por agora, que xa amañaremos máis adiante».

Y a los disgustos con Avanty Publicidade en el terreno económico hay que añadirle que ella misma forma parte del grupo de riesgo, al tener afecciones respiratorias. «Este mes tería que estar operándome, de feito. Aínda que poidamos reabrir, me parece que imos ter que ir acostumándonos ás máscaras durante moito tempo e a traballar gardando unhas certas distancias», estima la autónoma.