«Hemos estado siempre en la punta de lanza, defendiendo a este sector»

María Meizoso CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

XOAN CARLOS GIL

Detrás de Aproema se encuentra una representación significativa de las firmas asentadas en Galicia

20 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asociación Profesional de Empresas Medioambientales de Galicia -Aproema- aglutina, tal y como explica su presidenta Maruxa Pérez, «a una representación significativa de firmas del sector ambiental gallego». Especialmente en lo que a gestión de residuos se refiere. Pero también tienen su cuota consultorías y empresas de ingeniería, así como laboratorios y compañías del ámbito tecnológico. En términos de empleo, subraya Pérez, «estamos hablando de entre 2.000 y 3.000 empleos en Galicia».

-¿Cómo ha sido la trayectoria de la entidad desde sus orígenes?

-Creemos que discreta a la vez que constante. Intentamos ser rigurosos y tener en perspectiva siempre la protección ambiental. La asociación se creó en el año 1998, así que ya tenemos un tiempo largo, cumplimos los 20 años y superamos la mayoría de edad. Podría decir que cuando se creó Aproema hacía dos meses escasos que, por primera vez en nuestra comunidad, se había creado una Consellería de Medio Ambiente. Eso fue en noviembre de 1997. Por ello, creo que manejamos la historia de la gestión ambiental en Galicia desde una perspectiva bastante amplia en el tiempo y eso nos da una solvencia para poder hablar de quiénes somos y de cuáles son los defectos y bondades del sector.

-Uno de sus grandes logros son las sinergias que han creado.

-Sin duda. Hemos estado siempre en la punta de lanza, intentando colaborar con la administración en el desarrollo de iniciativas, defendiendo al sector cuando ha habido situaciones de mala gestión por otras entidades o cuando el desconocimiento ha generado dificultades para proteger bien el medio ambiente. Siempre hemos estado dando nuestra perspectiva y defendiendo al sector. Tradicionalmente, la situación ha sido compleja porque la perspectiva de la opinión ha sido frecuentemente la misma: nadie quiere el residuo cerca de su casa. Aunque esto está cambiando un poco. Desde ese punto de vista, la asociación tiene un gran valor para sus asociados.

-¿Qué efectos ha traído la crisis del coronavirus?

-Es una situación, para el sector, particularmente compleja porque el servicio, en concreto de recogida y gestión de residuos, se encuentra en una diatriba que no se encuentran otros. A partir del decreto del estado de alarma se han establecido unas actividades que tienen que cerrar, otras que pueden seguir abiertas o no y luego se han ido desarrollando normativas para acompañar a esta situación en las que se han ido decretando actividades esenciales, concretamente, con muy buen acierto, los servicios de recogida y gestión de residuos urbanos como actividad esencial. También se ha decretado como tal las actividades de potabilización y de depuración de aguas y todos los suministros que conllevan este tipo de actividades. Pero no el servicio de recogida de residuos que se presta a actividades como la de depuración y potabilización de las aguas lo cual es una contradicción.

«La gestión de biorresiduos es una de las patas flojas que tenemos, llegamos tarde»

 

En relación a la crisis del coronavirus, la presidenta de Aproema, cuestiona que no se hayan decretado como esenciales los servicios de recogida industriales y comerciales porque «todos tenemos claro que los supermercados, aunque cambien sus ritmos y formas de trabajo, siguen abiertos. También las industrias del sector alimentario».

-De forma periódica organizan actividades y encuentros en los que la divulgación es capital. ¿Qué asuntos iban a protagonizar los próximos encuentros?

-Hemos puesto en marcha unos desayunos. El primero se celebró en el mes de febrero y versó sobre residuos de construcción y demolición. El segundo lo teníamos previsto sobre residuos del sector textil en marzo. Este se ha tenido que aplazar de forma indefinida hasta que se supere esta situación porque la empresa a la que pertenece el ponente es de las que ha optado por el cierre de toda su actividad. A continuación, le tocaría a la gestión de los biorresiduos que es una de las patas flojas que tenemos, en la que estamos llegando tarde respecto a la gestión de estos residuos. Este está programado para el 23 de abril con la particularidad de que el formato desayuno desaparece y lo vamos a transformar en una jornada virtual. Esto tiene sus desventajas, pero también oportunidades y se limitará a 40 personas máximo.