José Luis Pose: «Boto de menos esas tres ou catro horas de exercicio ao aire libre»

Xosé Ameixeiras
X. ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Basilio Bello

El exfutbolista carballés ve «ridículo» que se jueguen partidos a puerta cerrada. Fue jugador del Deportivo, Pontevedra, Bergantiños, Ceuta y Murcia

20 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una de las mayores glorias del fútbol de la Costa da Morte. Es el único jugador nacido en Carballo que militó en el Bergantiños y el Deportivo. Aunque también formó en el Pontevedra en los tiempos del Hai que roelo. José Luis Pose Blanco, nacido en diciembre de 1942, siempre dijo que no tuvo suerte ni padrinos. Pudo haberle sacado más partido a sus cualidades futbolísticas, pero se encontró con gente como aquel presidente del Pontevedra que quería mandarlo para el Ourense, cuando días después estaba en la plantilla del Dépor.

Empezó en el Bergantiños en la temporada 62-63, en Regional. En la siguiente ya formó con el Compostela en Tercera División. Tenía 20 años. A la siguiente recaló en el Pontevedra, con 21. Jugó dos partidos y ascendieron a Primera. Lo cedieron al Algeciras, donde despuntó con juego y goles. Regresó a la ciudad del Lérez, pero el presidente quería que se fuese al Ourense. Se negó y fichó por el Deportivo. Era el año 1966. Hubo pleito, pero lo ganó. El 30 de octubre siguiente debutó en Riazor frente al Español. El partido era televisado y todo Carballo estaba en los bares viendo el partido. El mítico locutor Matías Prats se pasó todo el choque alabando el juego de aquel chaval carballés. La noche anterior no había podido pegar ojo y antes del salir al campo le «temblaban las piernas». Tres años antes estaba jugando en el campo Pedras Brancas de la capital bergantiñana.

Ahora está confinado, como todo el mundo. Lo lleva «moi mal», comenta, aunque es capaz de entretenerse en muchas cosas. Aprovecha este tiempo para ir escribiendo una autobiografía en el ordenador. «Máis ou menos», cuenta entre dosis de humor y a pesar de no poder hacer su actividad preferida, el golf. Lleva muy mal no poder acudir al Hércules Club de Arteixo. Echa de menos esas «tres ou catro horas de exercicio ao aire libre. Despois de ir a Larín -donde está el campo- volvo relaxado e cansado. Alí fago entre nove ou dez quilómetros». Para él es como «unha pastilla ou unha droga, ademais en plena natureza».

José Luis siempre fue muy activo. Desde que dejó el fútbol practicó otros deportes. «Encóntrome coma se tivese sesenta años», afirma antes de confesar a desgana que vive su septuagésima séptima primavera. Claro que para él el secreto de su buena forma física está en la alimentación: «Cóidome moito pola boca. Aí é onde está o fundamento, ademais teño una boa cociñeira».

Cuando no puede ir hasta Arteixo camina por la orilla del río, pero «non ten nada que ver». Las superficies duras castigan su musculatura» y acaba «desfeito».

De todos modos, el confinamiento no le impide hacer ejercicio. Sube y baja las escaleras del edificio. Además, en el bajo tiene una escalera de estiramiento y, luego, juega con unas bolas de goma donde practica sus golpeos de golf a sus anchas. Ayer, antes de hablar con el periodista tomó un rato el sol en la terraza por aquello del equilibrio vitamínico.

En cuanto a las competiciones deportivas, ve todo «moi complicado a nivel fútbol e nivel empresas». Por lo que respecta a la posibilidad de celebrar partidos sin aficionados dice que «o fútbol a porta pechada non ten sentido, sen espectadores é ridículo». Incluso se distraen los jugadores porque se oye todo, «o bo e o malo». Y eso afecta a quien está sobre el terreno de juego. Afirma tajante: «Eu nunca xoguei un partido sen público. Nunca vin unha cousa coma esta». En sus tiempos ni siquiera paraban en Navidad. «Teño pasado a Noiteboa fóra da casa», recuerda. También se refiere al futuro de su Dépor. Lo ve complicado por su posición en la tabla y por el parón. «Coa clasificación tan mala, víao moi negro, logo gañáronse eses oito ou nove partidos seguidos e xa parecía que iamos xogar o ascenso, pero eu sigo véndoo moi negro», reflexiona. Lo más difícil es que muchos jugadores tengan un buen estado físico si están confinados en pisos de 80 o 90 metros cuadrados». José Luis fue muchas otras cosas además de futbolista. Ejerció de edil, fue profesor y hostelero. Uno de sus orgullos, haber organizar el primer España-Inglaterra de baloncesto femenino.