La aparición de aves manchadas en la Costa da Morte va a menos, pero ya son más de 300

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Solo en las playas de la zona se habían recogido hasta el sábado un total de 29

10 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La cantidad de aves marinas afectadas por uno o más vertidos de origen todavía desconocido va a menos. La detección de casos se ha reducido en los últimos días, aunque ya son más de 300, 301 para ser exactos, según el último informe del colectivo naturalista Hábitat elaborado con los datos obtenidos hasta el sábado a las once de la noche.

Solo en las playas de la Costa da Morte, con Muxía y Malpica como concellos más afectados, se ha dado cuenta de la aparición de 29, 21 de ellas aún manchadas, por lo que dan muestra directa de la presencia de este contaminante. Es más, si se mira a las vecinas playas de Muros y Carnota la cifra sube de manera importante, hasta un total de 79.

La bióloga Atocha Ramos, doctorando de la Universidade da Coruña, es una de las investigadoras de Hábitat al frente de este estudio, que ya tenían en marcha desde su participación en un proyecto europeo hace varios años, pero que ahora han decidido intensificar. Mediante unas fichas estandarizadas a nivel de toda Europa y mediante lo que ella denomina «un paseo pola praia», se obtienen datos de todo lo que va dejando la línea de marea, desde contaminantes evidentes, como plásticos, redes o botas, hasta elementos naturales como los troncos de madera y, por supuesto, aves muertas.

«Que algo pasou é innegable e que non se atope non quere dicir que non houbese un vertido. Os que delinquen xa fan o posible para que non se vexa e co mar revolto, ondas... claro que pode que non se detectase, porque ademais igual foi hai 10 ou 15 días», señala Ramos en referencia a que los sofisticados medios de vigilancia aérea de Salvamento Marítimo no pudiesen identificar vertido alguno y que la Xunta de Galicia tampoco haya dado aún con el origen de esta contaminación.

A su juicio está claro que el hipotético sentinazo se tuvo que producir mar afuera, a una distancia considerable de la costa, por la amplitud del arco en el que se han recogido aves y porque la más afectada, el frailecillo, o arao papagaio en gallego (Fratercula arctica) habita y se alimenta habitualmente a distancias considerables del litoral.

«Alarmante mortalidade»

La Sociedade Galega de Ornitoloxía, por su parte, emitió un comunicado en el que manifiesta su «estupefación» ante el silencio por parte de los responsables de la Consellería de Medio Ambiente, que ha dejado la tarea informativa sobre este asunto en manos de la ciudadanía y las ONG, «exhibindo unha clara actitude de desleixo».

Para la entidad esta «alarmante mortalidade» es «unha mostra da situación de risco latente na que se atopan as costas galegas e a súa rica biodiversidade ante o tránsito de máis de 10.000 embarcacións ao ano con mercadorías perigosas polo corredor marítimo de Fisterra». Aseguran que, más allá de las mareas negras, «derivase unha contaminación difusa e permanente provocada por sentinazos para os que, probablemente, non existe o nivel de control e seguimento axeitados por parte das Administracións galega e estatal».

Por todo ello, le piden a la Xunta que emprenda las acciones necesarias para recabar y publicar toda la información posible sobre esta sustancia contaminante.