Otro puente de Baldaio taponado

s. g. / j. l. / t. l. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Las inundaciones ya no llegan a las casas, pero siguen afectando a la zona marisquera

03 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La apertura del canal en la arena, desde el puente principal de Baldaio hasta el mar ha tenido consecuencias positivas inmediatas: desde el viernes, el agua no ha parado de fluir hacia el océano, por lo que las inundaciones que llegaban al cámping, a las pistas y pasarela, y a varias viviendas, han desaparecido en poco más de dos días, poniendo fin a un problema que acumulaba semanas.

Pero no está todo arreglado aún. Tanto tiempo sin flujo mareal, y la entrada de más arena en la zona interior de la laguna (buena parte, procedentes de la dunas que empujaron las corrientes), ha provocado que esos áridos estén ahora taponando el segundo puente de Baldaio, a pocos metros del ya célebre y más grande. Y, así, la laguna sigue con un nivel demasiado alto. Desagua, porque tiene alternativas para hacerlo, pero de una manera muy lenta.

Los mariscadores están preocupados. Alfredo Castro, el presidente del colectivo, señalaba ayer que va a ser necesario sacar arena, dragar todo lo que se pueda, porque el problema no está solo en el puente, que puede ser el más directo, sino en muchos puntos más adentro. Y ahora que el nivel general ha descendido, se ha estabilizado y no hay agua suficiente para que pueda desplazarla. Y, si tal y como estaba antes el marisco ya peligraba, ahora, más. De hecho, aún no han podido comprobar cómo ha evolucionado la siembra de almeja, pero se temen lo peor. Y la campaña marisquera, que tenía que haber empezado ya, se demora más días, y las previsiones no son buenas. «Urxe que se tomen medidas, porque se non, non imos poder mariscar», señala el presidente. Ayer comunicó la situación a la Consellería de Medio Ambiente.

En el Cámping Baldayo la situación es al fin muy diferente, Tras varias semanas de problemas y angustia, ya no queda agua en la parte frontal. Las cuatro vecinas de tres casas, que estaban aisladas y solo podía salir saltando el muro del cámping, ya pueden usar la pista.

Merche Fernández, del cámping, respiraba ayer tranquila, aunque un poco preocupada por cómo ha quedado todo el entorno, lleno de lodo. Y mucha basura, repartida por todas partes y de todos los tipos, con abundancia de botellas y plásticos. Buena parte de ella entró con las mareas, y otra fue arrojada en las proximidades. Parece necesaria una campaña de limpieza.