La pasarela flotante de O Ézaro ya está lista y abrirá en cuestión de días

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

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SANTI GARRIDO

La obra, anunciada ya hace seis años, implica un enorme salto en mejoras de acceso y movilidad

25 feb 2020 . Actualizado a las 09:27 h.

La cascada de O Ézaro deja de ser inaccesible para personas con dificultades de movilidad. Por ejemplo, para las sillas de ruedas. Y, en general, facilitará mucho más la visita a la fervenza: ya no habrá que ir por las instalaciones de Ferroatlántica y, sobre todo, no será necesario subir y bajar la estrecha escalera en la que se forman grandes colas, sobre todo los días de aglomeraciones, que no son pocos.

La pasarela flotante ya está lista, pero no abierta al público. En realidad, tampoco terminada del todo, porque le faltan «pequenos detalles», como explicaba ayer el alcalde, José Manuel Pequeño, pero son menores, así que es cuestión de días que se abra. Hay que sacar las vallas y terminar aspectos muy concretos. Técnicamente, lo que está pendiente es la recepción de la obra. Si todo va bien, seguramente ya este viernes pueda hacerse, y por tanto quedaría abierta para el fin de semana. Y si no, para la semana que viene, no más. En todo caso, a principios de marzo (no habrá inauguración: quedará abierta y listo) los visitantes podrán llegar hasta la cascada de una manera diferente, sobre el agua. Entrando por la zona de los eucaliptos centenarios y enlazando con el lateral de la central de Castrelo, que también es centenaria, pero menos. Desde ahí, los visitantes siguen por otra pasarela, ya anclada a tierra. Es la de siempre, pero renovada, ahora más cómoda. Al final, el pequeño mirador con vistas al agua. Queda pendiente colocar la escalera de madera que da acceso a las piedras, en plena base, también de trajín habitual en los días de muchas visitas. El año pasado, las obras impidieron incluso poner en marcha la iluminación nocturna de colores en Semana Santa.

Seis años del proyecto

La pasarela flotante ha llegado tras una inversión importante, de unos 650.000 euros, repartidos entre varias Administraciones y líneas de inversión: 187.000 euros de los fondos del GALP; 148.000, de los fondos del canon eólico, la compensación por los aerogeneradores; 239.000, de la Diputación, y el resto, del Concello. En el 2004 ya se hablaba de este proyecto, con planos y datos sobre las obras, pero no fue sencillo: hubo que pelear mucho en busca de fondos y también lograr todos los permisos, que no fueron pocos. No solo eso: hace dos años, cuando estaba todo listo para empezar, fue necesaria la rescisión del contrato por problemas de la adjudicataria. Finalmente, Ogando y López Cao se han encargado de los trabajos. La pasarela va agarrada al terreno, de Ferroatlántica, y ocupa en total unos 800 metros cuadrados. El proyecto es obra de Antonio García Serrano, que ya tiene más pasarelas en A Coruña o Arteixo. Es una estructura metálica con suelo de madera, con anclajes en los canales de evacuación de la central. El resultado es algo parecido a caminar sobre una superficie sobre el mar, en la zona en la que se mezcla el agua del océano, la de las turbinas y la que cae del Xallas por la cascada.

La gran pérgola de la zona central del paseo ya está en obras

La pasarela está terminada, y ahora le llega el turno a la pérgola de la zona central de O Ézaro, junto a la caseta de información turística y sobre la plaza. La cimentación ya ha comenzado, pero aún queda mucho por hacer. Tanto, que hasta el año que viene no estará en funcionamiento, dando cobijo a todas las casetas de venta al público, las que ahora están unos metros antes de los eucaliptos. Pero en esta temporada de primavera y verano que está a punto de empezar, todo seguirá igual. No obstante, como las obras sí van a avanzar, y seguramente gran parte de la estructura (casetas nuevas incluidas) ya estará lista en el verano, desde el Concello se planten aprovechar el espacio para la promoción turística, tanto de Dumbría como del resto de la Costa da Morte. Es solo una idea, a desarrollar en los próximos meses.

Para ver la pérgola acabada habrá que esperar al año que viene. Además de gastar unos 400.000 euros (el 80%, de la Diputación). Será una estructura que, en un amplio espacio, tendrá cristal.