Alfonso Solís, del agencia Vivir coma Galegos, gestiona propiedades en distintos puntos de Galicia y también en la Costa da Morte. De hecho estos días, con el Fin de Año, tiene un pico de trabajo. «Coa nova normativa hai moitísimas altas. A maioría son propiedades sinxelas que xa existían aínda que tamén hai quen compra e reforma dende cero e fai cousas verdadeiramente espectaculares. En moitos casos son casas ou pisos que estaban paradas porque nas aldeas non se alugaba absolutamente nada», explica.
Incluso pone sobre la mesa la parte negativa del fenómeno, que también la tiene, y es la caída de los precios, porque hay ejemplos «nos que resulta máis barato quedar a durmir nun apartamento por 30 euros que volver ata a Coruña», y eso le afecta directamente a los hostales y otro tipo de alojamientos baratos.
En cualquier caso, sique siendo un fenómeno muy estacional desde las primeras semanas de junio hasta finales de agosto.