Tras el desastre medioambiental de la noche del 10 de febrero del 2014, la Xunta de Galicia se puso manos a la obra para proceder a la regeneración del que había sido un entorno minero durante 92 años. La Dirección Xeral de Enerxía e Minas apenas tardó seis meses en aprobar el plan de puesta en valor del entorno, presupuestado en 794.000 euros (la Cámara Minera no rebajó la cifra de los 1,5 millones de euros). Un plan complejo que incluía la instalación de vallas en todo el perímetro, el sellado de las balsas, la rebaja de los taludes y la reforestación de todo el entorno con especies autóctonas.
Pero este plan de la Xunta de Galicia para que la concesionaria se hiciera cargo de la minuta se vino abajo en octubre del 2015, tras aprobar el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Valencia la disolución de la empresa que gestionó Monte Neme entre el 19 de mayo de 1986 y el 25 de septiembre del 2012, cuando Leitosa, S. A. U. presentó concurso voluntario de acreedores.
Desde entonces el Gobierno gallego realizó al menos seis requerimientos, tanto por vía administrativa como judicial. Los dos últimos en octubre y noviembre. Y hasta la fecha lo único que logró fue una condena al pago de 6.700 euros por los daños provocados por la rotura de la balsa en la noche del 10 de febrero del 2014. Pero de los 794.000 euros presupuestados en el plan de regeneración, ni un solo euro de inversión. Hasta la fecha todo el trabajo de realizado fue con cargo al bolsillo de todos los gallegos.