La Guardia Civil tiene cuatro causas abiertas de gran repercusión social

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

Se trata de un intento de rapto, acoso a menores, una agresión homófoba y robos en joyerías

21 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A los agentes de la V Compañía de la Guardia Civil, con base en Carballo, se les acumula la carga de trabajo en las últimas semanas. Además de las diligencias que entran a diario, como las relacionadas con el investigado por efectuar, supuestamente, dos disparos al aire y amenazar a tres personas en las inmediaciones del Bar Galicia de Zas, los guardias civiles tienen, entre otras tareas, resolver cuatro causas importantes, sobre todo por el gran impacto social generado: los robos en joyerías de la Costa da Morte y de las comarcas de Muros, Ordes y Santiago; el intento de rapto de dos niñas de 13 y 14 años en A Laracha, la agresión homófoba de Carballo y supuestos acosos a menores por parte de cuatro individuos que viajaban a bordo de un Renault Mégane de color verde. En todos ellos, se han abierto las correspondientes diligencias para tratar de esclarecer los hechos y las causas, por tanto, continúan en vigor.

En lo que concierne a los robos de joyas perpetrados en negocios de Vimianzo, Muros, Sigüeiro, Ordes, Pontecesures... Ya se produjeron tres arrestos desde el mes de mayo. En concreto, tres jóvenes residentes en Carballo. Y en el instituto armado sospechan que entre ellos hay un elevado grado de conexión y un modus operandi similar, por lo que todo apunta a una banda que trabaja por encargo. De los 400.000 euros sustraídos en joyas de oro, en tres asaltos a la joyería Victoria (Vimianzo) y en uno en Mari Loli (Muros), la Guardia Civil no ha podido recuperar una sola pieza. Se da por seguro que todos estos objetos han sido fundidos para abastecer al incipiente mercado fraudulento del oro.

También continúan las pesquisas para dar con el paradero de dos individuos a los que se relacionan con el intento de rapto de dos niñas, de 13 y 14 años, respectivamente, ocurrido sobre las ocho y media de la tarde del pasado sábado, día 9, en el parque Maximino Canedo, en A Laracha. Los agentes apenas cuentan con datos fiables con los que poder trabajar, salvo la credibilidad mostrada en todo momento por las presuntas víctimas y que los dos individuos «de raza blanca y de unos 40 años de edad» se bajaron de sendos vehículos, de color gris y negro, y que uno de ellos portaba un arma blanca. «No tenemos noticias desde hace días», señalaron desde el entorno de las denunciantes.

Renault Mégane verde

También continúan abiertas las pesquisas para tratar de dar con cuatro individuos, a los que varias mujeres y jóvenes de la zona reconocieron como presuntos autores de acoso desde un Renault Mégane de color verde. Se han denunciado casos en el Partido Judicial de Noia y en la Guardia Civil de A Laracha. En este último puesto la denuncia se presentó el 19 de octubre por parte de dos menores por hechos ocurridos en la rúa Santa Lucía.

Con respecto a la agresión homófoba contra dos chicas, de 16 y 17 años de edad, ocurrida hace tres fines de semana en el parque Anllóns de Carballo, la Guardia Civil mantiene las diligencias abiertas, aunque el hecho de que las supuestas víctimas no quieran denunciar, que no conste expediente médico al respecto y el temor a las represalias de los agresores y, sobre todo de las familias, han generado un debate interno sobre la necesidad de actuar de oficio, o no, para no perjudicar las relaciones familiares de las menores con sus allegados más íntimos.

«Teño que seguir, non me queda outra, pero non abro polas tardes porque teño medo»

María Victoria García Vilavedra regenta la Joyería Victoria de Vimianzo. Esta autónoma ha sufrido cuatro robos desde febrero del 2015, los últimos tres en menos de cuatro semanas, con un valor conjunto de daños que superan ampliamente los 300.000 euros. Dice que sigue a tratamiento psicológico y, aunque en principio barajó la posibilidad de bajar la persiana a petición de la familia, por el momento descarta esta opción: «Teño 60 anos e quédanme sete para xubilarme. Teño que seguir, non me queda outra».

Eso sí, las secuelas psicológicas son tantas que le han provocado inseguridad personal: «Non abro as portas polas tardes [todo los robos sufridos se produjeron entre las 17.00 y las 19.30 horas] porque teño medo a que volva a pasar. Vou polas mañás e despois pecho». Ahora se avecina una nueva campaña navideña, donde prevé mejorar las ventas: «Iso espero, pero o que me roubaron xa non o vou recuperar nunca máis», comentó.

Un total de 160 docentes muestran su apoyo a las dos jóvenes de Carballo

Son 160 docentes, educadores y educadoras integrantes de la Rede Educativa de Apoio LGBTIQ+ de Galicia. Y todos ellos, a través de un comunicado conjunto, han querido transmitir «unha especial mensaxe de apoio, solidariedade e agarimo ás dúas mozas que sufriron unha agresión lesbofóbica en Carballo hai unhas semanas e asegurarlles que non están soas e que temos o compromiso firme de traballar por educar nos valores de respecto e non discriminación para que o terrible suceso que sufriron elas non o sufran outras persoas».

De forma paralela, los profesores quieren condenar «con rotundidade» y calificaron de «extrema gravidade» que esa supuesta agresión, «executada á súa vez por menores de idade», no se denunciara porque en casa de las presuntas víctimas «descoñecen a súa orientación sexual e temen represalias por parte das súas familias». Desde el colectivo añadieron: «Deste xeito, a violencia sufrida multiplícase dunha forma extrema, tanto pola brutal agresión sufrida como pola indefensión que provoca o non poder exercer o seu lexítimo dereito á denuncia dun acto delituoso por medo á propia LGBTfobia familiar. Esta situación supón unha vulneración gravísima dos dereitos da infancia e de non discriminación por orientación sexual, como garante o marco normativo vixente en Galicia».

Desde la Rede quieren incidir «na necesidade urxente de formación obrigatoria, real e efectiva en diversidade sexual, de identidade de xénero e familiar de toda a sociedade, especialmente no sistema educativo, para erradicar toda conduta discriminatoria e violenta, tanto de menores como do profesorado e, por suposto, a formación en escolas de pais e nais para evitar que a lacra do odio incremente física e emocionalmente a violencia, como sucedeu neste caso e en moitos outros que non se visibilizan».

Los 160 firmantes reclaman una ampliación de la ley que regula este tipo de casos «na que se garanta a atención e protección dos menores en todos os ámbitos, especialmente, o seu dereito a non ser maltratados polas súas propias familias».