Los naufragios salen a flote con el concurso de azulejos de Lar

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Esta iniciativa social y educativa de la empresa ceense incide en numerosos valores pedagógicos y de identidad comarcal

25 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concurso de Murales de Azulejo de Lar, que lleva en marcha desde el 2006 y ha supuesto ya la creación de 114 obras, llega a su novena edición y lo hace con un tema que no puede estar más de actualidad y más enraizado en la tradición de la Costa da Morte: los naufragios. Con el asesoramiento del patrón de pesca jubilado fisterrán Pepe de Olegario y el arqueólogo subacuático Miguel San Claudio el concurso echa a andar sobre un formato con forma de popa de barco y con las primeras acciones, que es que los colegios y demás entidades participantes se inscriban. Tienen de plazo hasta el día 30.

Tatiana Rodríguez, de Lar, explica que la idea de este año pretende «acercar a todo el mundo a través del arte un trozo de la historia de nuestra comarca». Y pone el acento, sobre todo en los valores y recursos a nivel educativo y social que tiene detrás el concurso y que no siempre se ven. Habla de «valores democráticos», en la toma de decisiones, compromiso, una educación «que deja de estar alejada de la familia», porque en el proceso de investigación previo es necesario tirar de la experiencia de los mayores de la casa, de vecinos... Luego lo define como «un proyecto completo y aplicado», que toca numerosos frentes, desde la informática a los idiomas pasando por la creación audiovisual e que incluso fomenta «una mayor interrelación entre los profesores», porque normalmente son varios los departamentos que intervienen. Sin embargo, entre lo que más destaca Rodríguez está la parte de integración social. No se le olvida el detalle de los alumnos del Manuela Rial, después de hacerse con el primer premio, alabando el trabajo del equipo de APEM y diciéndoles que deberían ser ellos los ganadores, porque, efectivamente, tenían un trabajo muy bueno.

David Creus, profesor del IES Ramón Caamaño de Muxía ve en el concurso una riqueza pedagógica importante y que se plasma en otras materias, sobre todo en lo que tiene que ver con «ordenar, planificar, distribuír espazos, tarefas...». Lo básico para él es la posibilidad de expresión plástica que le da a los alumnos a la hora de «visibilizar as súas inquedanzas», como puede ser en el ámbito literario una redacción. Pero hay mucho más. «É un traballo moi completo, que non xurde de xeito espontáneo como pode ser un cadro que collo un lenzo e póñome a pintar. Ten moitas fases: o tema, ideas, referencias, planificación, deseño do motivo...», explica el profesor, para quien la parte más compleja, y en la que más tiene que apoyar a sus alumnos, es traducir a teselas de azulejo los colores del diseño que hicieron a lápiz, rotulador u otra técnica.

«Gústalle moito o resultado final e failles graza partir azulexo. O de pegalo xa non tanto», resume el profesor, que recalca, y así se lo transmite a sus alumnos de cara al futuro, que «aparte do feito plástico é un oficio».