Un laxense de 45 años completó el ultra trail más prestigioso del mundo

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

CEDIDA

Jose Manuel Pose Santos cumplió todo un sueño el pasado mes de septiembre en el Mont Blanc

24 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En la disputa de un ultra trail casi es más importante conseguir terminarlo que la posición final en la clasificación. El laxense Jose Manuel Santos Pose, de 45 años, que pronto serán 46 (en diciembre), tiene razones para estar orgulloso de sí mismo. En el pasado mes de septiembre no solo completó el maratón del Mont Blanc, el más prestigioso del mundo, sino que también lo hizo con el Canfranc-Canfranc, conocido por sus 100 kilómetros más largos del mundo, y el Desafío El Cainejo, la prueba técnica de montaña más dura de España. Así están consideradas estas carreras de ultrafondo por la Asociación Internacional de Trail Running (ITRA). En total, teniendo en cuenta también los entrenamientos, el atleta de la Costa da Morte resistió 420 kilómetros y 30.000 metros de desnivel positivos (y otros tantos negativos) en un mes. No obstante, una prueba primó sobre el resto.

En una entrevista realizada por este medio el 5 de junio del 2018, el corredor aseguraba que poder tomar la salida del Ultra Trail del Mont Blanc era «un soño». Un año después, no solo lo vio hecho realidad sino que logró cruzar la meta. De los cinco recorridos posibles, él hizo el más mediático, el que todo el mundo quiere correr, de una distancia de 170 kilómetros y 10.000 metros de desnivel positivos por Francia, Italia y Suíza. Completó la hoja de ruta en 42 horas, 10 minutos y 21 segundos en la posición 895. Y es que se trata del ultra trail más numeroso del mundo. Participaron unos 2.600 deportistas, de los que casi un centenar decidieron abandonar.

«Era o meu soño mais o de moita xente. Xa só polo feito de poder estar alí, póñenseche os pelos de punta. É como xogar a Champions», expresa el bergantiñán. Le llena de orgullo, sobre todo, ser capaz de completar otras dos carreras semanas después, sin apenas tiempo para recuperarse ni entrenar: «É unha animalada facer tres probas deste tipo nun mes. Así é que na última, no Cainejo, sentín as pernas moi cansas e fixen unha hora máis do tempo que sería normal para min». Este maratón por los Picos de Europa, junto con el de Canfranc-Canfranc en el Pirineo aragonés, y otro a disputar en Tenerife del sur al norte de la isla, componen el circuito Alpinultras que solo once, de 160 personas, lograron completar este año, siendo una de ellas, Jose Manuel, el único gallego junto a otro de Mondoñedo (Lugo).

Dos años le llevó a este laxense conseguir el privilegio de participar en esta prueba, porque así lo es. Primero hay que lograr una puntuación completando varias carreras y, luego, tener la suerte de salir elegido en un sorteo. En el caso de Jose Manuel, tuvo fortuna en el azar en el segundo intento. Después, están los pasos ya más habituales como presentar un informe médico que demuestre que esa persona puede participar en esa prueba extrema de ultra trail, o un documento que garantice que está federado en trail running, entre otros requerimientos.

Y le llegó el día. «Vivino bastante tranquilo. A verdade é que aquilo é brutal. As paisaxes son estupendas e, na saída, pareciamos sardiñas nunha lata. Hai que vivilo porque non hai palabras nin fotos nin vídeos que o describan», comenta. Para él, lo más importante en pruebas como esta, dice, es «gozar» y «non sufrir moito», a lo que añade: «Se facer 420 quilómetros en coche xa te cansa, imaxínate corréndoos!».

Una aventura

La lluvia fue su principal enemigo: «O segundo día de carreira houbo tormenta e empapeime de auga. Aproveitei para mudarme de arriba a abaixo, menos as zapatillas. As de reposto quedáranme na mochila que deixara na base do quilómetro 83. A humidade afectoume nos pés, comezaron a saírme bochas, causándome bastante molestia, polo que tiven que retardar o ritmo», explica. Fue en ese momento cuando aprovechó para dormir. Pero ojo, «unha hora». Así funcionan estas pruebas. Al día siguiente, tras cruzar la meta, durmió unas cinco horas hasta que tuvo que tomar el avión de regreso a casa. Y, en la jornada posterior, descansó lo normal, una noche, pues tenía que levantarse para ir a trabajar. Cuenta que en otras carreras, como fue la de Canfranc-Canfranc, desde un viernes a primera hora hasta el domingo a las cinco de la tarde, no durmió «nada de nada».

La niebla, el frío y el bosque en sí fueron otras de las dificultades que se topó por el camino: «O bo tempo non existe nestas altitudes», cuenta entre risas. Subió y bajó varias estaciones de esquí con la suerte de no haber nieve: «Noutras edicións si que a ten habido», asegura. Es una prueba apta solo para valientes.

Fue acompañado de otra persona la mayoría del tiempo: «Con tanta xente que participa é case imposible ir só. Mellor así», expresa. De esta forma, se le hace más ameno, aunque ya dice alto y claro que no necesita motivación alguna en el trayecto más que sus ganas e ilusión: «Encántame este deporte. Nos momentos difíciles pensas que o máis fácil é abandonar, pero os soños, se os queres conseguir, telos que perseguir».

¿Pero, ahora, qué? «A ilusión é volver e tratar de facelo o mellor posible. Estou convencido de que podo completalo en 32 horas, dez menos que neste 2019», manifiesta. Por el momento, viene de correr el pasado fin de semana el Trail Ribeira Sacra, de 47 kilómetros y 3.000 metros de desnivel. Y el 16 de noviembre estará en la Copa de España de Ultras a disputar en la provincia de Alicante.

Así es cómo disfruta de los fines de semana del año Santos Pose, compaginando deporte con viajar. Fue hace tres años cuando se introdujo en esta modalidad de atletismo: «Como a gran maioría da xente da comarca, comecei nisto das carreiras polo Circuíto Correndo pola Costa da Morte. Despois comecei a coñecer outras disciplinas, quixen probar o ultra trail e, dende aquela, as probas de asfalto parécenme moi monótonas. Polo monte sempre ves distintas paisaxes».

No se olvida de los que lo apoyan cada día en esta carrera de ultrafondo: el club Terra de Soneira y Quito de Ponteceso, que le ayudan con los entrenamientos; Míster Nutrición, de Carballo, y la tienda de deportes carballesa KM Vertical. Para todos ellos, «moitas grazas», sentencia.