Pensar el futuro procurando aprender del pasado

Luis García LA VOZ DEL EXPERTO

CARBALLO

05 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un par de semanas, en una conferencia?coloquio con estudiantes de Formación Profesional, Manuel Iglesias, presidente del Clúster da Madeira e do Deseño de Galicia iniciaba su disertación citando a Séneca: «Ningún viento es favorable para el barco que no sabe adónde va» y les animaba a determinar un propósito en la vida.

Y a partir de ahí, poner el foco en ello para aprovechar las oportunidades que se encontrarían a lo largo del periplo vital. Y concluía asignando tareas para determinar el propósito: descubrir lo que te gusta, identificar en lo que eres bueno y reflexionar sobre lo que el mundo necesita de ti.

El ejercicio propuesto es sencillo en los dos primeros apartados (lo que te gusta y en lo que eres bueno), pues normalmente coinciden. No es tan fácil acertar en descubrir lo que el mundo espera de ti, pues el entorno productivo evoluciona a un ritmo más acelerado del que percibimos; vemos que hay ocupaciones que hace unos años eran boyantes y hoy presentan un perfil decadente y muchas ocupaciones a las que se dedicarán los adolescentes que están cursando la ESO, a día de hoy no existen.

Especialidades

Es por ello que a la hora de establecer las especialidades formativas lo sensato sería hacer un análisis riguroso sobre su viabilidad y si va a servir para el desarrollo de la economía local, para crear tejido productivo, para fijar población y mejorar la calidad de vida para las personas.

Sería un error alentar unos modelos y especialidades de formación al margen de la realidad y de las potencialidades del territorio, por muy de moda que estén. Estaríamos invirtiendo en formación de jóvenes que, en el mejor de los caos, estarían muy bien preparados, pero con escasas posibilidades de inserción profesional en su medio.

Hace un tiempo, Xaquín Marín lo explicaba gráficamente: cuatro personas, cada una con su plan de estudios (ingeniería, farmacia, medicina, arquitectura) a lo que respondía Isolino: «Todos veñen facendo o mesmo, estudan... para marchar».

Es fundamental orientar adecuadamente a los estudiantes para vivir con aprovechamiento el presente, pensando en el futuro, y todos procurando aprender del pasado.