Un muy feliz 90 aniversario para Carmen, la cuidadora de la casa de Pondal

La Voz

CARBALLO

Lo celebró entre familiares y amigos en el restaurante de Balarés

25 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Aquí soy muy feliz, no imagino otro lugar mejor para estar». Así hablaba Carmen Pérez Rial hace unos años a La Voz sobre la casa en la que nació el bardo Eduardo Pondal y que ella lleva cuidando toda su vida, «desde que era una pequeñaja, con siete u ocho años, viniendo al jornal», explicaba.

Hace unos días celebró su noventa cumpleaños en el restaurante Balarés, rodeada de familia y amigos. En total, unas 25 personas se sumaron a la celebración, en la que no faltaron regalos, pero tampoco dos grandes globos con tan magna cifra: noventa.

Conocida en Ponteceso por «Carmiña de Valdes», dedicó por completo su vida al cuidado de la descendencia del autor del himno gallego. En aquella casa que, durante los veranos, llegaba a dar cobijo hasta a treinta comensales. «Hacía siete tortillas de patata y se acababan en menos de cinco minutos», recordaba el ama de llaves. Tiempos dulces en una casa grande, «de labranza, con huertas y animales, con muchos criados y una familia muy grande». Y también con mucho, mucho trabajo.

Su primer jefe fue Cesáreo Valdés, sobrino del poeta, al que siempre consideró como su segundo padre. Después cuidó al descendiente de Cesáreo, Jaime -recientemente fallecido- y también de sus hijas. En total, tres generaciones que, según recuerda, velaron siempre por la preservación y puesta en valor del legado de Pondal. Lógicamente, no llegó nunca a conocerle, pero siempre oyó hablar de él: «En esta casa siempre lo han tenido muy presente», dijo.

Además, narran sus allegados que Carmen se ha preocupado por el mantenimiento de la capilla y del cuidado de las ropas eclesiásticas.