Miguel Sanclaudio: «Si ya de entrada aspiramos a lo pequeño, nunca llegaremos a nada»

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

El especialista que extrajo los cañones de Camariñas pide ambición para traer a la zona un centro de investigación

22 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Las principales investigaciones en patrimonio subacuático en la Costa da Morte de los últimos decenios llevan su firma, incluidos los recientes rescates del sextante de Baldaio y de los cañones de la Virxe do Monte. Sin embargo, Miguel San Claudio Santa Cruz (1964), que, por familia y por crianza, siente la comarca tan propia como la ciudad de A Coruña en la que vive, está cansado de ver como un patrimonio de talla mundial cae una y otra vez en el olvido. No tira la toalla y aboga por un gran centro de investigación que no tiene Galicia ni todo el norte español.

-¿Cuántas veces ha visto surgir el interés por el patrimonio subacuático y desaparecer de nuevo sin que se haga nada?

-Yo esto lo vi por primera vez en el año 1987, cuando estábamos con el profesor Martín Bueno excavando en el pecio del galeón San Gerónimo allí en Corcubión. Ya de aquella el alcalde Rafael Mouzo dijo que era necesario crear un museo para estas piezas, que no tenía por que irse, en aquel caso a Coruña. Se habló de crear allí un museo, se habló del faro de Lobeira, de montar allí un centro de investigación, y de ciertas instalaciones que tiene el Concello en el puerto. Luego también se habló de este tema cuando La Voz organizó aquellas jornadas. Hubo un gran debate, un despliegue: que sí que sí, que sí que sí. Luego en el año 2006, cuando empezamos a trabajar en Fisterra, haciendo el estudio de un proyecto que llevamos a cabo, que se llamó Proyecto Finisterre, en el que identificamos una serie de barcos de la Armada de 1596 y encontramos algunos otros pecios, ya se hablaba de la necesidad del centro, de un museo, etcétera, etcétera. Incluso llegamos a redactar un proyecto con el Concello que se presentó en la Deputación. Era muy ambicioso, muy bien pensado, con un centro de investigación que llevaba aparejada una sala de exposiciones. Y, hace de esto unos tres años, con Regueira cuando se habló de recuperar el museo Marítimo Seno de Corcubión. También mucho interés, mucho interés; vamos a hacerlo. Incluso me llegaron a decir que empezase a montar el equipo científico para desarrollar los trabajos y, una vez más, me dejaron colgado de la brocha. Luego lo de siempre. Viene la final de la Champions o viene tal y se olvida todo. Imagino que esto será tres cuartos de lo mismo. Cuando vuelva a haber necesidad de extraer otro elemento, se volverá a hablar de la necesidad de crear un centro o, como dicen ahora de abrir mil museos, cada uno en un pueblo.

-¿Llegará un punto en el que se aburre de todo esto?

-Aburrir no, porque esto es demasiado apasionante. Lo que sí te das cuenta es que estás trabajando para el inglés. Me decía alguien el otro día a ver si con esto, saliendo en prensa y demás, se consigue algo. Le dije: sí, ya llevamos 30 años haciendo esto, 32 en concreto, y vamos a seguir así. Seguiremos peleando porque lo que no tiene ningún sentido es retirarse ahora, pero no hay visos de que esto se traduzca en algo nuevo. Aparte, muchas cosas de las que se dicen por ahí no tienen ningún sentido.

-¿Cuál es el camino?

-Para todo necesitas un proyecto y para una riqueza del calibre que tenemos en la Costa da Morte y en Galicia en general, lo que necesitas es tener un proyecto ambicioso, no cinco aulas en cinco concellos diferentes, en una enseñando un cañón, en otra un timón y en otra una nasa. Lo que hay que hacer es ser un poco ambiciosos, tener un poco de vista, de criterio y de sentido común y hacer lo que se tiene que hacer en Galicia desde hace también 30 años: un centro de investigación en arqueología subacuática. De ahí vendrá todo, o lo que estarás haciendo es poner parches y remiendos sin un criterio claro. Eso que dijo un alcalde de un centro descentralizado lo llevo yo proponiendo desde hace mucho tiempo. Primero el centro de investigación y luego, si es necesario, descentralizar la labor expositiva, con que cada una de esas subsedes tenga una especialidad en un apartado concreto de la historia marítima de la zona. Lo que no tiene sentido es que en todos los lados se haga exactamente lo mismo. Con las nuevas tecnologías no es necesaria una sola sede física, pero lo que sí es necesario es que el cerebro que gestione todo eso sea un centro de investigación de verdad. Lo que no puede ser es abrir centenares o decenas de museitos, sin personal, sin un criterio y sin una idea rectora de todo el conjunto. No existe ese centro en todo el norte de España y, yo siempre he dicho, que el primero que lo monte va a ser el que se corone, el que gestione todo ese patrimonio, seguro de Galicia y probablemente de todo el norte de España. Si damos las facilidades y damos los medios para investigar, irán surgiendo nuevas iniciativas que permitirán, ya no solo desarrollar la arqueología subacuática, sino que ese centro y ese lugar obtenga un beneficio de ello. Pero, claro, esto está a años luz de esta idea localista y del yo, para mi, conmigo, este pensamiento de la miñoca, de vamos a hacer lo que ya se ha hecho 1.000 veces en 1.000 partes diferentes y las 1.000 ha fracasado.

-¿Esto no tiene porque acogerlo una gran ciudad?

-Yo no he dicho eso, y en Galicia no hay grandes ciudades, todas son pequeñas o medias. Evidentemente una pequeña comarca puede aspirar a esto, ¿por qué no? Es que si ya de entrada aspiramos a lo pequeño nunca llegaremos a nada. Vamos a pensar a lo grande para llegar lejos. Decir no, no, no podemos, esa es la mentalidad gallega de los últimos 300 años. Es algo que hay que cambiar.

-¿A qué obedecen extracciones como la de Camariñas?

-Estas piezas van a Vigo, no porque existan los medios para su tratamiento, que no existen, no existen en ninguna parte en el norte de España. Lo que no puede ser es extraer objetos por extraer. Eso no cabe en cabeza humana. Se trata de estudiar y conservar aquellos objetos que corren el riesgo de ser expoliados, de desaparecer, de ser afectados por los procesos naturales. Y ese es el motivo por el cual se extrajeron estos cañones. Corrían un evidente riesgo de expolio y estaban siendo muy afectados por la oxidación, erosión, etcétera.

«Primero es el centro de investigación y luego descentralizar la exposición»

«No tiene sentido abrir decenas de museitos sin personal y sin criterio»