Martillo, pintura y cincel en la mochila para subir al Pindo

Cristina Viu Gomila
cristina viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

JORGE PARRI

Chequeo | Las rocas del alto del monte están llenas de inscripciones, incluso varias que han sido labradas en las losas de granito

25 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Para subir a A Moa, el punto más alto del Pindo se necesitan entre 90 y 120 minutos de un esfuerzo que va en función de la forma física de cada cual. En el mejor de los casos, para alcanzar la cima en menos de una hora hay que ser un auténtico atleta. Desde hace años, si las inscripciones no mienten, los escaladores no solo llevan en la mochila agua, una muda, el móvil y algo de comer.

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Además, es evidente que muchos cargan también con botes de pintura, pinceles y lo que es más llamativo, con martillo y cincel. Sin estas herramientas es imposible labrar la roca y en el alto hay al menos cinco en las que esforzados alpinistas con alma de canteros han querido dejar constancia de que subieron hasta A Moa.

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Nadie puede negar que este tipo de vandalismo pone de manifiesto el gran estado físico y las ganas de perdurar, más allá del clásico selfi en la cima, que tienen los que se aventuran por el Olimpo Celta.

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Siendo esta una morada de dioses, se entiende que los simples mortales quieran dejar la huella de su paso, pero sería mejor que no lo hicieran. Curiosamente, las inscripciones se circunscriben a la cumbre. Los que no llegan no tienen derecho.

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