Eterna rapsodia con Dr. Queen en la Xunqueira

CARBALLO

Con álbum del concierto | Los argentinos hicieron viajar en el tiempo a un público frío en la primera mitad del concierto

19 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Freddie no hay más que uno. Y quizá sea ese el motivo por el que media plaza de la Xunqueira se mantuvo demasiado fría en la primera mitad del concierto de Dr. Queen, la banda homenaje al histórico grupo británic0, cabeza de cartel de las fiestas este año.

El cantante Jorge Busetto dio un arranque sólido al concierto, que duró algo más de dos horas: al piano, como el propio Freddie haría. En un primer vistazo los cuatro músicos trasladan a la audiencia unos treinta años atrás, a la última etapa de la banda, y quizá más específicamente a esa última gira que los catapultó a la gloria. Vestimentas, gestos, peinados, movimientos... Todo cuadra. La voz de Busetto es un aprobado alto, y siempre teniendo en cuenta que él mismo no se define como un imitador, sino como un profundo admirador del trabajo de Mercury y compañía.

Tras un inicio rompedor, llegaron media docena de canciones no tan populares entre la mayor parte del público que enfriaron algo el ambiente, aunque la plaza se mantuvo hasta los topes en todo momento. No cabía un alma.

Todo cambió, sin embargo, hacia la mitad de la actuación. Comenzaron los músicos a adquirir algo más de protagonismo, y los solos de guitarra del prodigioso Álvaro Navarro hicieron que a los asistentes se les gastasen las palmas de las manos. Lo mismo con el batería Andrés Field, que protagonizó uno de los momentazos de la noche al arrancarse a «tocar» una guitarra ayudándose de sus baquetas y del bajista, Daniel Ronchetti.

A esas alturas ya todo era furor en la parte delantera de la audiencia. Y lo que terminó de encenderla fueron las improvisaciones vocales que, al puro estilo Mercury, se sacó de la manga Jorge Busetto. Ahí sí que uno podía sentir la magia de las bandas tributo: ojos cerrados y viaje al pasado, a ese icónico concierto del 1986 en Wembley.

A partir de ahí, un éxito tras otro. Bohemian Rhapsody, Love of my life, I want to break free, Radio Ga Ga, We will rock you, We are the champions... Se suponía que esta última sería la que cerrase el concierto, pero el público seguía pidiendo otra, y finalmente no fue una, sino tres las que regaló la banda ya bien pasadas las dos de la madrugada.

Freddie no hay más que uno, pero un trabajo más que digno de Busetto y el prodigio de los músicos que le acompañaron lograron, en la noche del viernes, llenar de rock el espíritu de quien en ocasiones deseó haber nacido treinta años antes para coexistir con la leyenda Mercury.