Apellidos que llegaron de lejos

nuria guillermo / s. g. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Zaira Pallas

La Costa da Morte conserva antropónimos procedentes del extranjero y de otras zonas de España

19 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En la Costa da Morte hay numerosos apellidos muy específicos, difíciles de encontrar en otros puntos de Galicia, generalmente relacionados con las localidades de origen, con portadores que apenas salieron de la comarca, y de los que quedan ya pocas personas. Pero también existen casos de algunos apellidos que no son originarios de la comarca, sino que llegaron de fuera, ya fuese del extranjero o del resto de España, y que se asentaron en la zona porque alguien, en algún momento, decidió quedarse y formar una familia. Portugal es un buen ejemplo de ese origen.

Vieira de Leiría es una localidad situada en la costa de Portugal, casi 40 kilómetros al norte de Nazaré. Históricamente, en este núcleo buena parte de las familias se dedicaban a trabajar en aserraderos. Por ello, fueron precursores en el desarrollo de la sierra brazal (conocida, debido a esto, como sierra portuguesa), que facilitaba el trabajo manual debido a su estructura. Esta posibilitaba que las sierra fuese agarrada entre dos personas.

De esta localidad portuguesa procedía Luis Laranjo Silva, uno de los primeros habitantes de Vieira de Leiría que llegó a la Costa da Morte para instaurar aquí su método de trabajo. Su nieto, Manuel Naranjo Martínez, explica el funcionamiento de esta técnica. «Os habitantes de Vieira de Leiría aprenderon como serradores no bosque de piñeiros local. No propio monte facían un caballete, ao que eles chamaban burra, e nel metían a serra. Esta vai encaixada nun rectángulo de madeira que permitía que se agarrase á vez desde arriba e desde abaixo».

Luis Laranjo llegó a Muxía hace más de un siglo, trayendo consigo este método y su apellido. De estas dos aportaciones a la zona, la primera se conserva solo como un recuerdo. «Naquela época a serra portuguesa era a máxima técnica que había, pero a día de hoxe os serradoiros son eléctricos», comenta Manuel Naranjo.

Sin embargo, el apellido todavía pervive a día de hoy, puesto que los descendientes de este primer Laranjo se quedaron en la zona. Manuel, por ejemplo, reside actualmente en Carballo, a donde se mudó en su día por motivos laborales, aunque su familia todavía continúa vinculada a Muxía.

«Cando chegaron, aquí non existía nada. Creo que viñeron a ensinar o que aquí non sabían facer: como traballar a madeira no monte para transformala nas táboas», afirma Manuel Laranjo recordando a su abuelo. «Debería facerse un estudo da contribución á economía galega, sobre todo á forestal, da xente que veu de Portugal como meu avó, a traballar na madeira, porque foron os que puxeron as bases do que veu despois», concluye.

Junto a Laranjo, otras familias portuguesas llegaron durante el siglo pasado a la Costa da Morte para trabajar en los aserraderos. Es el caso, por ejemplo, de los Theodosio. «Miña avoa era de Vieira de Leiría e meu avó non recordo se tamén naceu alí ou nun dos municipios próximos. Cinco dos nove fillos que tiveron naceron alí, entre eles miña nai. Os outros naceron xa en Galicia», explica José Pérez Theodosio, miembro de la tercera generación de Theodosios en la zona.

«Meu avó traballou primeiro en Ardaña, pero despois creou unha fábrica de madeiras próxima á rúa Vázquez de Parga de Carballo», comenta José Pérez. Este aserradero fue demolido y la familia donó los terrenos para la construcción y urbanización de la carballesa rúa Portugal. «O nome débese a que anteriormente nesa rúa encontrábase a fábrica da miña familia», afirma. Este apellido también continúa presente en la zona: no solo en Carballo, donde se instauraron por primera vez, sino también en localidades como Laxe y Zas.

Este último concello es el origen de otro procedente de Vieira de Leiría. La familia Sousa se instaló en Zas, al igual que en los casos anteriores, para desarrollar su método de trabajo en la zona.

La llegada de trabajadores de aserraderos portugueses a la Costa da Morte en el siglo veinte supuso también que los apellidos de estas familias continuasen en la comarca hasta la actualidad, lo que dota a la antroponimia local de una gran riqueza.

Buena parte son de origen francés o de la zona levantina

Más allá del caso de Portugal, son muy diversos los orígenes que presentan los apellidos antes ajenos que se reparten la Costa da Morte. Un amplio número de estos procede del territorio francés. Es el caso, por ejemplo, de la familia Vigueret, procedente de la región parisina de Saint-Denis.

«Os meus antepasados viñeron de Francia escapados, aínda que descoñezo o motivo exacto. Chegaron a Cabana a finais do século XVIII, e desde esa época quedamos na zona», explica Ricardo Vigueret, tataranieto de esa primera generación de Vigueret.

Un caso similar es el de la familia Pacoret, procedente de la región de Dijon, en la Champagne francesa. Según la primera partida de nacimiento de la que se tiene constancia, el primer Pacoret que llegó a la comarca lo hizo en la década de 1820. «Parece ser que foi un soldado do exército francés que ou ben quedou aquí despois da Guerra de Independencia ou naufragou na costa de Baldaio. Casou cunha señora de Vilaño e foron vivir para a zona de Rebordelos. De isto fai xa cinco xeracións», explica Antonio Pacoret Balsa, uno de sus descendientes.

Dentro del territorio español, destaca la familia Benlloch, procedente de Alicante. Francisco Benlloch Buigues llegó en 1901 a Muxía para trabajar como farero en Touriñán. En la actualidad, los Benlloch continúan distribuidos por la Costa da Morte.

También es llamativo el caso de las hermanas Velay Lizancos, de Fisterra, cuyos dos apellidos son de procedencia foránea. El primero, francés. Del segundo, la familia afirma que se trata de un apellido de origen andaluz, probablemente granadino. Y como estos ejemplos, muchos más.