El comercio y las tapas dan un pequeño empujón a la economía local

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El Punto Rojo en Baio y la ruta gastronómica larachesa cerraron el fin de semana con sendos éxitos, probando que este formato todavía no está agotado

12 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si bien otras iniciativas de dinamización comercial y hostelera pincharon en los últimos meses -como el último Carballo por Etapas, del que algunos hosteleros no quedaron del todo satisfechos- parece que al Punto Rojo y a la cita A Laracha de Tapas les queda todavía mucho fuelle.

La sexta ruta gastronómica por la capital larachesa se definiría en una única palabra: abarrote. En todos y cada uno de los doce locales que participaron. «O venres nalgúns locais xa quedaran sen tapas ás dez e media da noite», comentaba ayer la concejala de Promoción Económica, Rocío López, que no ve que esta cita haya alcanzado todavía su tope de potencial. «Todo o contrario», afirma: «A xente xa sabe que na segunda fin de semana de marzo e na segunda de agosto hai tapas, e xa están á expectativa por ver o que haberá. Xa gardan a data», añade la edila.

Coincide el bloguero gastronómico José Antonio Domínguez Loureiro, uno de los tres miembros del jurado encargado de valorar las tapas para después otorgar dos premios (uno de 300 euros y otro de 250). «Se algo hai que valorar, e xa dende a primeira edición, é o ambientazo que hai polas rúas e por tódolos establecementos, mesmo en locais nos que non adoita haber tanta xente en días normais», asegura Domínguez Loureiro, que cree que los pinchos han estado «á altura doutras edicións», aunque ha apreciado «unha certa evolución, sobre todo en dous ou tres locais que están innovando e ofrecendo propostas diferentes e distintas maneiras de presentar os produtos».

Él, junto con Antonio Doce Feliz y Rubén López Urdí, tuvo que valorar cada tapa siguiendo criterios como el sabor, la presentación, el uso de productos autóctonos o el servicio. «Houbo consenso tanto no primeiro posto como no segundo», aseveraba ayer, aunque sin desvelar todavía los nombres de los agraciados. Los degustaron todos la tarde-noche del viernes. Un buen atracón, aunque, reconoce, «non os rematamos todos, só os que máis nos gustan». Y, además, hicieron todo el recorrido a pie: «Puxen o contador dos pasos a cero ao comezar, e cando rematamos levaba xa máis de 5.000. Fomos queimando xa as tapas!».

Ni la lluvia pudo con Baio

En donde algunos hosteleros se quedaron también sin existencias de las tapas que habían preparado fue en Baio. Contaban con que las malas previsiones meteorológicas mermaran la asistencia de público, pero todo lo contrario. Si bien el viernes se registraron unas cifras de ventas y consumiciones similares a las de la última edición; el sábado fueron incluso mejores y el domingo, con el balance final todavía por realizar, todo apuntaba también a una ligera mejoría en las cifras. Lo confirmaba Alicia Novás, miembro de la directiva de la asociación de empresarios: «Onte houbo chuvias intermitentes que restaron ambiente nas rúas, pero non nos comercios e nos bares, que é do que se trataba».

La tirolina y el tiro con arco, dos novedades incorporadas en esta edición, «foron un rotundo éxito», sobre todo la tirolina, «onde se formaron largas colas para que nenos, e tamén adultos, se tirasen». Lo curioso es que organización tuvo que improvisar de última hora e incorporar animación como los zancudos y los payasos al estar el tren turístico en mantenimiento: «Eu creo que todo pasa por algo, e nesta ocasión saíunos moi ben a xogada». Lo único que tuvieron que suspender por el mal tiempo fueron los hinchables, «por seguridade», pero más allá de eso el balance es «moi positivo», asegura Novás: «Os comercios déronlle moi boa saída ao produto do verán e sorprendeunos que moitos turistas aproveitaron que estaban pola Costa da Morte para saír da autovía por Baio e pasarse polos postos do Punto Rojo».