Dombate irradia riqueza cultural, social y deportiva sobre su entorno

x. Ameixeiras / j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

El Día da Bicicleta celebrado ayer fue un nuevo éxito con unos 200 participantes

06 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Pois 20.000 persoas son 20.000 persoas e un come, outro toma un café ou compra algo», señala el alcalde de Cabana, José Muíño, para dar una idea de la repercusión que tiene sobre todo el entorno la puesta en valor y el ingente catálogo de actividades que concentra el Dolmen de Dombate. «Todo iso consegue un efecto chamada, porque esa xente que participa é moi raro que despois non queira volver coa súa familia», añade el regidor.

Buena prueba de ello fue la actividad de arqueociclismo de ayer, que abre la temporada de los Día da Bicicleta, una iniciativa de La Voz de Galicia y Radio Voz Bergantiños con los respectivos concellos participantes. «Foi todo un éxito. Non che sabería dicir xusto pero tiñamos preparadas 150 augas para repartir e tivemos que ir correndo buscar máis, así que andaría nunhas 200 persoas. Vén moita xente de Ponteceso, por exemplo, e familias enteiras que xa son de todos os anos, aos que non lles importou que houbese outras actividades en lugares próximos e acudiron coma sempre», explica el técnico de Cultura de la localidad, Martín Martínez, que vive en primera persona todo lo que está siendo la eclosión de Dombate de los últimos años, y que da réditos en los más diversos ámbitos.

«Por exemplo, cando é da Carreira do Dolmen xúntanse uns 800-900 corredores e os restaurantes e hoteis están cheos», añade Martínez, quien glosa brevemente las «visitas guiadas, culturais, didácticas, concertos, charlas, citas deportivas...» que realizan y que van desde lo más genérico, abiertas a toda la población, hasta lo más específico por actividades, grupos de interés o colectivos profesionales. «A Sementeira do outro día tiña un contido moi didáctico e estaba vinculada á xente do violín, algo moi temático. Nós, os técnicos de cultura, tamén facemos unha actividade na que nos xuntamos todos. Veñen, falamos e sempre saen cousas, porque tampouco é que teñamos moitas ocasións nas que coincidamos todos», detalla.

Más allá de Cabana

Toda esa vitalidad, que no es casual, sino que responde a una apuesta decidida de años de la Deputación da Coruña y el Concello de Cabana, y que se mantiene, tiene efectos sobre todo el entorno, más allá del propio municipio. «Non é que iso o capte precisamente Borneiro, porque só hai unha taberna, e onde máis se nota é onde hai locais para que a xente quede a comer. Aquí nótase na zona de Canduas-Cesullas e en Nantón. Tamén onde hai hoteis para durmir: Portocabana, Costa Verde, Monte Branco... Pero non só aquí, tamén lle repercute a Baio, por exemplo. Cando vas de paseo por aí sempre buscas sitios preto do que queres visitar e unhas veces tócalles a uns e outras a outros, Así que non só lle afecta a Cabana, senón a Zas, a Laxe...», recalca José Muíño, para quien resulta especialmente significativo cómo Dombate y A Cidá de Borneiro se han convertido también en referentes para el Camiño dos Faros, con el que se retroalimentan.

Todo ese ambiente de dinamismo en el rural, y de comunión comarcal, con numerosos asistentes del entorno -Ponteceso, Laxe y Baio sobre todo, entre ellos muchos niños pequeños- quedó perfectamente reflejado en el Día da Bicicleta de ayer, que acercó a los participantes a la grandeza de Dombate, pero también a otros rincones menos conocidos y cargados de riqueza patrimonial.

Un paseo cargado de vida rural y patrimonio

 

 

Más que la ruta de la arqueología, la de ayer podría denominarse la de los cruceiros porque los ciclistas, que salieron de Borneiro, pasaron por al menos media docena de ellos. Ya en Fontefría se toparon con una espectacular huerta llena de frutales, chopos, castaños y mucha variedad de rosales. Hacia el Campo do Sacramento pudieron ver lavaderos tradicionales, abellarizas, e incluso cómo las patatas brotan ya con fuerza o cómo los gallineros le daban la nota musical al trayecto y las vacas pastando, el tono de color. Se encontraron con los parroquianos que salían de misa y en el remanso de paz que es la capilla de O Briño pararon para el avituallamiento. Todo con un ritmo muy ágil, que les llevó a completar el recorrido en poco más de una hora, y con un ambiente festivo y familiar, protagonizado por la ingente cantidad de pequeños que se sumaron a la ruta, con sus padres y también con sus abuelos.

En definitiva, pudieron disfrutar de lo que es un día de primavera, marcado por la esencia natural y agraria del entorno rural de Cabana, salpicado de con su atractivo patrimonio.