Artesanía de auténtico lujo en Corme

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

REDERAS DE ILLA DA ESTRELA COLABORAN CON LOEWE | Rosa Domínguez y María Jesús Veiga llevan un año trabajando cuero con la técnica de las atadoras

21 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Loewe es la marca que representa el lujo en España. Desde hace unos años pertenece a LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, un conglomerado multinacional con sede en París que es líder absoluto en productos destinados a los ricos. Todo este mundo está conectado con una de las casetas de armadores del puerto de Corme, la que tienen las rederas de la asociación Illa da Estrela. Dos de ellas, Rosa Domínguez y María Jesús Veiga, colaboran desde hace un año con la empresa que fundó Enrique Loewe en 1872 en Madrid y que ahora utiliza los conocimientos de artesanos de distintos lugares del mundo para la colección Baskets.

Las rederas cormelanas trabajan el cuero, que es la principal seña de identidad de Loewe, con la técnica clásica de las atadoras. Tras distintas pruebas han elaborado tres diseños distintos de llaveros. El último pedido es de unas 60 piezas de cada.

En gallego

Rosa y María Jesús aparecen, hablando en gallego con subtítulos en inglés, en un vídeo en el que la casa el lujo muestra la labor de los artesanos con los que está trabajando. «Tíñamolo calado ata que non o sacaron porque era un proxecto deles», explica Rosa. Hace solo una semana que Loewe colgó el corto y ya ha superado el millón de visualizaciones. Todas esas personas han podido ver la isla de A Estrela desde la playa de A Ermida y también el lugar y la forma en la que habitualmente trabajan las rederas, aunque con distintos materiales.

Un bum

«Para nós foi un bum», dice Rosa. Junto a su compañera elabora bolsos y otros complementos bajo el sello de Artesanía de Galicia y ambas han viajado a numerosas ferias de artesanía en distintos países para mostrar el trabajo que realizan las atadoras y como se puede adaptar a la moda.

Los encargos de Loewe para la colección Baskets también han llegado a otros puntos de Galicia. La cestera Idoia Cuesta trabaja para la empresa hace ya tiempo desde su taller de Outeiro de Rei y también se ha incorporado Álvaro Leiro, de Fraga do Rei, en el municipio de Pazos de Borbén. Desde este concello de Pontevedra salen tejidos de paja y de cuero para la elaboración de bolsos. A nivel internacional, destaca el trabajo de Lizuka Shõhanai, de Chiba (Japón) que es experto en bambú, y de Arko, una artista de Tokio, además de la labor del irlandés Joe Hogan.

En Corme, los encargos de Loewe se han sumado a otros procedentes de barcos pesqueros y también de complementos de artesanía tanto para tiendas como para venta directa. Por todo ello, las rederas se han tomado un descanso esta Semana Santa. Hace ya tiempo que ya no venden en la caseta, sino que han ido abriendo distintos canales de comercialización. El colectivo comenzó a moverse con el proyecto del GAC para distintas asociaciones de Galicia.

La asociación también recibe muchos encargos para redes de pesca

La asociación Illa da Estrela de Corme está formada por 17 mujeres de las que seis trabajan habitualmente en la caseta que la entidad tiene en el puerto. El resto del colectivo ejerce su labor en su domicilio.

Desde hace casi dos años, la demanda de redes se ha multiplicado hasta el punto que el grupo trabaja más que nunca, sobre todo si se compara con los años anteriores al 2016, cuando hubo un bajón tan importante que las rederas empezaron a hacer de la artesanía su principal medio de vida ante la fuerte competencia de las artes de enmalle procedentes de China y de otros países asiáticos. Cada vez tenían menos encargos de las empresas de efectos navales.

Ahora es todo lo contrario, aunque los motivos no están muy claros. «Polo que din, hai menos xente que traballa en situación ilegal», apunta Rosa Domínguez.

El caso es que ahora son los propios barcos que se ponen en contacto con ellas para miños, volantilla, vetas y volanta. Casi todo lo que producen en estos momentos es para la flota gallega, desde Cedeira a Malpica pasando por A Coruña.

Un milagro

«Facemos un pouco de todo», reconoce Rosa Domínguez, quien asegura que el remonte de su profesión «foi un miragre, de non ter nada pasamos a non parar». Parece que son buenos tiempos para la profesión, pero quedan muchas cosas pendientes, como la aplicación de un coeficiente reductor para que puedan jubilarse antes como otros profesionales que están en el Régimen Especial del Mar, o el reconocimiento de enfermedades profesionales.