Cruz Roja dispone de una red de 1.600 voluntarios en la provincia

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

La entidad solidaria acaba de recoger 16.000 kilos de alimentos para afrontar las carencias infantiles

15 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cruz Roja ha celebrado este fin de semana su asamblea general. Allí ha acudido, entre otros, la presidenta de la entidad en la provincia de A Coruña, Mercedes Casanova, quien cumple cuatro años al frente de la institución. Muchas familias en situación vulnerable de la provincia, especialmente aquellas que tienen niños, se ven aliviadas cada día por una institución que ya hace mucho ha trascendido el concepto de ONG. Cruz Roja es un organismo más longevo que muchos países europeos y sus tentáculos se extienden allí donde las Administraciones no alcanzan.

Este mismo mes acaban de completar una de las campañas más ambiciosas pensada para los más pequeños. Se trata de Desayunos y Meriendas #ConCorazón, donde, después de recoger alimentos donados por clientes de los centros Alcampo de A Coruña, Ferrol y Santiago, Cruz Roja ha acumulado para esta campaña cerca de 16.000 kilos de alimentos, que serán repartidos a través de 52.388 desayunos y meriendas a niños y niñas de familias en riesgo de exclusión social. Es ya la séptima edición de esta popular medida (una de muchas) y en la que han colaborado 51 voluntarios.

Realmente esa es la palabra clave y el cimiento sobre el que se construye Cruz Roja: el voluntario. Si bien el número es más o menos estable en la provincia, siempre hay un flujo que cubre a las personas que se dan de baja. Según los datos recogidos en la última memoria de Cruz Roja provincial, 2017, entonces llegaron a contabilizarse 1.807 voluntarios. Hoy se estima que la cifra ha decrecido hasta los 1.500-1.600, pero el flujo corre de forma paralela a la crisis. En los años 2011 y 2012, en el fragor de la crisis, la provincia contabilizó su récord de voluntarios. Es un movimiento tácito: a más necesidad, más voluntariado.

Pero la Cruz Roja en la provincia es una institución especialmente poliédrica. Volviendo a los últimos datos registrados (memoria del 2017), casi 500 mujeres fueron atendidas por el programa Atenpro; cerca de 7.000 personas recibieron el servicio de teleasistencia; más de 5.500 niños y niñas participaron en campañas de sensibilización; y unos 4.700 jóvenes de toda la provincia asistieron a talleres de prevención en materia de salud y prevención de conductas violentas. Porque además de la asistencia directa al necesitado, Cruz Roja intenta atajar los principales problemas de la sociedad desde la educación y la prevención. En los últimos años se han iniciado proyectos para el asesoramiento de mujeres en Boiro y Ordes. Esta entidad también combate la pobreza energética y esas facturas que muchas familias no pueden asumir.

Ocho pisos de acogida

Al margen del número de voluntarios, Cruz Roja asume cada año más compromisos. Uno de los últimos es la atención a inmigrantes (540 en el 2017), un programa de asilo que ha variado y en la actualidad, desde hace dos años, dispone de ocho pisos en la ciudad de A Coruña.

«Cuando hacemos una campaña la gente no mira para otro lado»

 

 

está acabando el «mandato» para Mercedes Casanova, presidenta de Cruz Roja en la provincia de A Coruña, una persona que ha pasado por todos los niveles de la institución solidaria. En breve comenzará el proceso de renovación de cargos directivos, tras marcar desde Cruz Roja nacional las líneas maestras para los próximos cuatro años.

-¿Ignoramos la pobreza que nos rodea?

-Ignoramos muchas historias. A veces lo que vemos no es la realidad de lo que vive un niño o una niña en su familia.

-¿Somos más o menos solidarios que los últimos años?

-Con las campañas la respuesta siempre es muy positiva, cuando nos ven, es una actitud positiva y colaboradora, no miran para otro lado, entienden que las personas que están allí son voluntarios y que el destino de lo que se recoge es para familias que pasan situaciones complicadas

-Cruz Roja es una marca tan consolidada que no se ve afectada por algunas ONG fraudulentas.

-Tenemos 150 años de historia, intentamos trabajar con la máxima transparencia económica y técnica para que socios y donantes tengan esa confianza. Tanto los cargos directivos como el personal técnico debemos ser lo más escrupulosos posibles porque sabemos que nos jugamos la confianza de las personas que creen en nuestra acción. Es algo muy serio.