Amador Pena: «Aprendín a camiñar en Balarés»

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

El corredor santiagués impulsa un movimiento ambientalista a través del deporte

15 abr 2019 . Actualizado a las 08:42 h.

El atleta santiagués Amador Pena, como el mismo explica, aprendió «a camiñar no pinar de Balarés», por sus padres tienen una casa en Corme y siempre ha estado muy ligado a la Costa da Morte. De ahí que cada vez que salía a correr o pasear por las playas les causase «moito impacto ver a cantidade de cousas que hai tiradas nos areais ou nas cunetas das estradas». Su propia actividad profesional relacionada con el mundo de la salud también le ha dotado de una especial sensibilidad hacia los temas ambientales «porque é unha pasada o que está acontecendo por exemplo co tema dos microplásticos nos peixes e se todos facemos unha cousa pequena, penso que podemos conseguir algo grande. O deporte é un bo vehículo para eso».

Con toda esa base, Pena se convirtió en plogger antes incluso de que el concepto -derivado del inglés y el sueco que mezcla correr con recoger basura- llegase a España. Ya ha organizado varias actividades de estas en Corme, Muros o Ribeira y están preparando una importante para el 5 de mayo en Ponteceso. Pero, sobre todo, practica con el ejemplo, porque, o bien él solo con un capacho o con un pequeño grupo de amigos, aprovecha cualquier ocasión para limpiar un pequeño trozo de playa o lo que se tercie. Reconoce que a veces es un poco frustrante porque la tarea resulta hercúlea. Pone el ejemplo de la Barra de Ponteceso, en la desembocadura del Anllóns, «unha zona protexida, reconecida a nivel europeo. En decembro limpamos o que puidemos nunha tarde, pero era unha pasada o que alí había. Pasa un tempo e volve a estar igual», reconoce Pena, para quien más importante que la limpieza física que puedan realizar es el mensaje que se transmite. «Hai iniciativas moi boas como a de Greenpeace de facer fotos coas marcas dos produtos para remover as conciencias. Con iso conséguese, por exemplo, que unha grande cadena de alimentación anuncie que vai quitar as bolsas de plásticos, o renunciar a sobreenvasados tamén en plástico que se realizan inutilmente», añade.

De hecho, lo que más destaca el atleta de este movimiento plogging. que es el nombre que recibe directamente importado desde Suecia, es la movilización «porque a veces resulta moi frustrante, pero grazas a isto conséguense movementos a nivel gubernamental», y pone el ejemplo de el intento de retirada de las bolsas de plástico de los supermercados.

Así, le van surgiendo socios de manera más o menos inesperada, como el también atleta barbanzano Uxío Abuín, que en cuanto se enteró de la iniciativa se mostró decidido a colaborar, al igual que Abraham Benítez o la asociación Ámbar, que ahora ya se encarga por sí misma de organizar este tipo de actividades en la zona de Ribeira.

Nace así un puente más entre Barbanza y la Costa da Morte, como el propiciado por el circuito de carreras populares, que Pena ya ganó en la modalidad de cinco kilómetros en el primer año y ahora, en este ejercicio, confía poder disputar el título absoluto en la distancia de 10 K. Ya se impuso con muchísima claridad en la cita de Vimianzo y ahora la clave va a estar en como pueda compaginar su participación en el circuito con el resto de pruebas que también corre cada año. «Hai xente que se queixa polas coincidencias e por non pode estar en todas. Eu penso que bendito problema porque é unha alegría ter onde escoller cando hai só unhas anos tiñas que esperar para que houbese unha proba e poder ir correr. Por iso para min o Circuito Correndo pola Costa da Morte é algo marabilloso, porque está movilizando a moita xente que nin tan sequera pensaba en facer deporte. Xa só a nivel turístico, pola xente de fóra de trae, que come aquí, queda a durmir... resulta interesante. É máis, só polo caso de Sara Vieites [una niña de Cee que apenas podía caminar y acabó completando carreras], só por ese feito, xa todo pagaría a pena, concluye el deportista, para quien el siguiente paso podría ser llevar la ruta a ambientes más naturales, como ocurre en Carnota con la Carreira das Areas.