Serafín Insua, un triunfador

Luis Lamela GALERÍA DE EMIGRANTES

CARBALLO

11 abr 2019 . Actualizado a las 11:44 h.

Uno de los emigrantes triunfadores en la diáspora fue sin duda el muxián Serafín Insua Miñones, nacido en Os Muíños, hijo de Perfecto Insua y de Generosa Miñones. Sus hermanos fueron Perfecto, Pastora, Vicente Elías y Cándido. Serafín, igual que Cándido, estudió Medicina en la Universidade de Santiago, emigrando después para la Argentina en donde contrajo matrimonio con María Esther Casella (en la imagen, la boda de ambos), teniendo como hijos a María Esther, Pastora Amanda, Blanca Nieves y Domingo Roberto Insua Casella.

Todos los hermanos Insua Miñones emigraron para la Argentina en las primeras décadas del siglo XX, a excepción de Cándido que se quedó en Os Muíños. Y Serafín ejerció la medicina y la cirugía en el país sudamericano y también fue empresario ganadero, un hacendado, asociándose igualmente en los negocios comerciales de sus hermanos.

En este último campo fue socio de la firma constituida en 1956, denominada La Reina. Insua y Compañía Sociedad Anónima Comercial e Industrial, que, su objeto principal era hacerse cargo del activo y pasivo de la sociedad Insua y Compañía, de Responsabilidad Limitada, que, a principios del siglo XX el mayor de los hermanos Insua Miñones, Perfecto, creó en la capital federal, Buenos Aires.

La nueva sociedad La Reina tenía un capital de cinco millones de pesos -en moneda nacional Argentina-, entrando a formar parte de su accionariado tanto los hermanos Insua Miñones -a excepción de Cándido- como sus esposas y otros accionistas minoritarios, como fue el caso de Jesús Miñones Bernárdez, el hermano exiliado de Pepe Miñones, que era el gerente de la sociedad Insua y Compañía.

Perfecto suscribió el mayor capital, con 2.110.000 pesos; Vicente, con 1.040.000; Serafín y Pastora, con 490.000 cada uno; Manuel Aradas Martínez, con 480.000 y otros individuos más hasta llegar a Jesús Miñones Bernárdez, con 10.000 pesos solamente, completando la totalidad de la suscripción accionarial, y ocupando Perfecto y Serafín la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, del Consejo de Administración, en tanto que Jesús Miñones ocupó la sindicatura suplente.

Con los años, y con la muerte de Perfecto Insua y una serie de problemas surgidos en los últimos tiempos de su vida, la sociedad La Reina vino a menos y finalmente fue liquidada. No obstante, Serafín amasó una importante fortuna y prestigio social y en tierras argentinas siguen hoy sus descendientes.

(El 6 de abril de 2016 hemos publicado en estas mismas páginas la reseña biográfica de Perfecto Insua Miñones, el hermano de Serafín, con el título de Un comercial de Os Muiños en tierras argentinas).