«Soy hijo de la lectura, leer me salvó la vida y escribir le dio sentido»

Ana García, P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCÍA

El escritor catalán Jordi Sierra y Fabra mantuvo ayer en Baio un encuentro con alumnos del instituto Maximino Romero y el colegio de Zas

27 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El escritor Jordi Sierra i Fabra, tantas veces premiado y ya traducido a una treintena de idiomas, mantuvo ayer un encuentro en Baio con alumnos del colegio de Zas y del instituto Maximino Romero. Con ellos departió de muchas cosas, también de la propia vida. Les animó a quererse, y a enamorarse cada día. En su visita, dentro del programa Encuentros Literarios del Ministerio de Cultura y Deporte, el autor, prolijo en la escrita en muchos géneros, sacó tiempo para responder a preguntas. Además de estas, las que los estudiantes le formularon.

-¿Qué le ha motivado para venir hasta Baio?

-Me llamaron de un colegio. Por lo general tengo muchas peticiones que no puedo atender, porque viajo mucho, pero tenía un par de días libres esta semana. Me encanta Galicia, no conocía esta zona, así que, entre una cosa y otra, pues dije: «Vale, me voy a Baio». Dije que sí. Puro azar.

-¿Qué pudo ver de la localidad en su primera impresión?

-Casas muy bonitas, mucho comercio, y me ha sorprendido. El viaje ha sido por autopista, pero me hubiese gustado hacerlo por una carretera más pequeñita, para ver más el paisaje. Me encanta el norte. Montañas, bosques... En definitiva, he visto un pueblo pequeño, coqueto, por más que creo que a un pueblo lo hace la gente. Y, por lo que he visto en la charla, maravillosa.

-¿Conocía la Costa da Morte?

-He estado en muchos lugares de Galicia, siempre puntualmente, pero este es uno de los lugares que me gustaría hacer en coche, tranquilamente. Ver toda la costa, todos los faros. No lo he podido hacer aún. El tiempo a veces se te echa encima.

-¿Qué mensaje le trasladaría a los jóvenes sobre la literatura?

-En mis novelas intento contar historias. En cada una de ellas hay un poso. Primero de todo, el lector tiene que pasarlo bien, y después quedarse con ese poso, con las preguntas finales. ¿Qué saca de ese libro? Por tanto, más que un mensaje, lo que yo intento es contar vivencias: cómo soy, qué pienso... La literatura sirve primeramente para entretener y, después, para que aprendas cosas.

-Fundaciones con su nombre alientan la escritura y la lectura. ¿Cuál es el papel de ambas en la sociedad actual?

-Hice las Fundaciones Sierra i Fabra, y además dos, en Barcelona y Medellín (Colombia), porque creo en la lectura. Soy hijo de la lectura, leer me salvó la vida. Escribir le dio un sentido, pero leer me salvó la vida. Así que la mejor forma de devolver a la gente joven que me lee parte de lo que ellos me dan a mí es decirles que tengo una Fundación en la que pueden hacer cosas, escribir. La revista online «La página escrita» les publica cuentos y relatos. El premio Sierra i Fabra se da al mejor libro de cada año, chico y chica, menor de 18 años. Es una forma de comunicarles que yo creo en lo que predico, creo que leer y escribir les ayudará a ser mejores.

-¿Proyectos entre manos?

-Siempre estoy escribiendo. Mi vida entera es un proyecto. Espero vivir 100 años y morir escribiendo. Tengo ahora mismo en la cabeza 50 ideas dando vueltas y voy haciendo guiones... Hasta que me muera seguiré trabajando.

-¿Qué percepción tiene sobre la literatura gallega, y sobre su salud?

-Algunos de mis mejores amigos escritores son gallegos. Creo que es la comunidad de España en la que tengo más amigos. Han muerto dos, por desgracia. Agustín Fernández Paz y yo éramos muy amigos. Cuándo él ganó el Nacional, yo era jurado, así que tuve el honor de votar por él. Xabier Docampo, Fina Casalderrey, Marilar Aleixandre, el poeta García Teijeiro, con el que he hecho libros... Todo lo que sé de literatura gallega para niños y jóvenes lo he sacado de esos libros que ellos han hecho.