La población mayor de 85 años es el doble en la zona que hace tres lustros

s. g. rial, j. v. lado CARBALLO, CEE / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Suman el mismo número de personas que los de 0 a 4 años

19 ene 2019 . Actualizado a las 10:31 h.

La pirámide población de la Costa da Morte, cada vez más envejecida, aumenta por la parte alta, la de los octogenarios, nonagenarios y centenarios, y se mantiene igual por la baja, la de los bebés y niños, así que el proceso de inversión es imparable. El Instituto Galego de Estatística (IGE) publicó ayer la estructura de la población municipal distribuida por segmentos de edad, como hace cada año en el mes de enero, y se reafirma esa tendencia negativa. En términos absolutos, hay 3.497 infantes que tiene entre 0 y 4 años, y 5.449 con 85 o más. Son dos mil ancianos más que los más pequeños.

Si se compara con lo que ocurría en el 2002, que es el primer año en el que se empezó a tener datos de estructura de población de una manera regular, ocurre algo muy curioso: los de 0 a 4 años eran casi los mismos que en la actualidad, 3.697. Apenas 200 de diferencia. Es cierto que la suma de cifras en una única general oculta las diferencias que puede haber entre unos y otros municipios, pero visto al detalle tampoco hay tantas diferencias. Sin entrar en especificidades, la natalidad no ha cambiado tanto. Incluso ha crecido, porque la población absoluta es ahora mucha menos, aunque las alzas se concentran solo en lugares como Carballo, A Laracha o Cee. Pero los de más de 85 eran 2.922 hace poco más de tres lustros, y ahora son esos 5.449 que los colocan prácticamente en el doble. Son un segmento de la población ya tan elevado que supera en su conjunto a muchos municipios enteros. En concreto, a Cabana, Camariñas, Cerceda, Corcubión, Dumbría, Fisterra, Laxe, Malpica, Muxía y Zas. También a los vecinos Carnota o Mazaricos, y por muy poco a Ponteceso. Es la primera vez en la historia de al Costa da Morte que los octogenarios y siguientes tienen tanto peso en la estructura comarcal.

En esa cúspide de la edad, llama la atención el aumento de quienes ya sobrepasan los 95, una franja hasta hace poco reservada a los privilegiados. Son ya 487 personas, y una buena parte han pasado de los cien. Las comparaciones con años anteriores no son posibles porque la segmentación en este punto es muy reciente, obligada por la circunstancias. Por cierto, las mujeres mandan: 370 son féminas, y solo 117, varones.

DIEGO ALONSO FREIRE

«Un pobo costeiro o que se agarda é que vaia para arriba»

Rubén Queimaño Costas, de 35 años, y su pareja Diana Portela Gutiérrez, de 30, naturales de O Morrazo, ya estaban un poco cansados de dar tumbos por Galicia a cuenta del trabajo: Arousa, Caldas de Reis, Salceda de Caselas... con lo que en el 2017 cogieron el traspaso de la farmacia de Camariñas y ahora son unos vecinos más de la localidad, incluso literalmente porque forman una familia a la que ha llegado el pequeño Breogán, que ahora tiene nueve meses. «Tentámolo nós sós, pero era imposible para coidar do neno e todo e agora temos un empregado. Aquí hai outra farmacia, en Camelle, tamén, e unha cousa é a poboación censada e outra a que en realidade vive, porque moita traballa en Santiago, na Coruña... Por iso é máis complicado todo, pero dun pobo costeiro o que se agarda é que vaia para arriba, que haxa algo de vida», explica Rubén, que considera que han sido muy bien acogidos por los vecinos, aunque ellos siguen teniendo la familia y muchas relaciones personales en Cangas, por lo que las distancias se hacen complicadas. «É que estás a unha hora de todos os sitios. Suponse que estamos ao lado, pero tardas menos en chegar de Vigo a Oporto que de aquí a Cangas», añade el farmacéutico que, por ejemplo, ha tenido que pasar parte de las Navidades trabajando mientras Diana y el pequeño estaban en O Morrazo.

Aunque se siente cómodos en Camariñas, porque, de hecho, han decidido hacer su vida en la localidad, hay detalles que les han llamado la atención. «O que máis que nun pobo tan pesqueiro case non haxa peixe na praza de abastos e teñas que ir compralo ao supermercado», señala Rubén, para quien la clave de que poblaciones como la de Camariñas crezcan está en que «a xente teña traballo, como pasa en todos os lados».