El área sanitaria envía al año a unos 7.300 pacientes a operarse a la privada

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

CESAR QUIAN

A Coruña es la gerencia de la provincia que más deriva a los concertados

19 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La concertación es una fórmula común en todos los hospitales del Sistema Nacional de Salud. Cuando las listas de espera de cirugía y de pruebas diagnósticas se elevan y no son suficientes los recursos públicos, los responsables de los hospitales remiten a algunos de sus pacientes a centros privados. Ni siquiera es un sistema criticado por los defensores de la sanidad pública, aunque sí cuando se abusa de este modelo o se acumula a los usuarios que rechazan ir a la concertada en listas de espera poco transparentes.

El Sergas envía a unos 25.000 pacientes al año a este tipo de centros. Hay trece hospitales acreditados para ello en Galicia, y prácticamente la mitad, seis, están en la provincia de A Coruña, repartidos entre las tres principales ciudades: Santiago, Ferrol y A Coruña. Esta última área sanitaria es con mucho la que más concierta, aunque también es la que tiene asignada una mayor población de referencia -unas 550.000 personas-. Anualmente, teniendo en cuenta la media del quinquenio 2013-2017, se remiten a la concertada 7.335 intervenciones quirúrgicas, la mayoría en las especialidades de traumatología y oftalmología. Es el doble de lo que concierta la EOXI de Santiago con los centros privados de su área, unas 3.717 cirugías al año. Ferrol, pese a tener menos población de referencia, deriva a los hospitales concertados más de cuatro mil operaciones cada año. En total, los hospitales públicos de la provincia remiten a los centros acreditados para realizar conciertos unas 15.300 cirugías, más de la mitad de las que se derivan en todo el Sergas, según los datos de la Dirección Xeral de Asistencia Sanitaria.

Si el paciente rechaza esta opción se remite a la lista de espera no estructural

 

 

Quizás la principal crítica de los colectivos en defensa de la sanidad pública es qué ocurre con aquellos pacientes que deciden no operarse en un hospital privado, sino que quieren esperar a ser intervenidos en su centro de referencia. Porque en este caso no tienen derecho a exigir que se cumplan los reglamentos de esperas máximas, al quedar en la lista de espera no estructural, que además no se hace pública semestralmente como si ocurre con la estructural.

Tal y como explicó en el Parlamento el director xeral de Asistencia Sanitaria, los pacientes «non quedan no caixón». Es decir, están registrados en un listado en el que también están aquellos usuarios a los que hay que retrasar su intervención porque son «transitoriamente non programables», por ejemplo porque están de viaje durante esos días o porque han tenido un problema de salud temporal que les impide pasar por el quirófano.

Las mismas condiciones

Cuando se llama a un usuario se le explica que se remitirá a un centro acreditado por la inspección y que cumple con los estándares de calidad, y que no tendrá que pagar nada ni por la intervención, ni por la estancia o las consultas que se deriven de ella. Eso sí, tampoco tendrá los derechos de un paciente con seguro privado, por ejemplo, reclamar una habitación individual.

El Sergas dice que solo se conciertan las cirugías de baja complejidad

 

 

¿Qué tipo de operaciones son las que el Sergas manda a centros privados? Según la Xunta, solo aquellas que presentan un nivel de complejidad 1 y 2 del sistema de clasificación ASA, que es la Sociedad Americana de Anestesiología. Existen cinco grados y los dos primeros son los que se corresponden con un paciente sano en una intervención no urgente, o la de enfermos que tienen una patología sistémica leve, controlada y no incapacitante.

En la práctica, y teniendo en cuenta además las especialidades en las que hay un mayor número de derivaciones en Galicia, cirugías de cataratas, intervenciones de cadera o de rodilla son algunos de los procesos quirúrgicos más frecuentes a la hora de aligerar las listas de espera del sistema público.

Fernando Abraldes: «A indefensión do doente nestes casos é absoluta»

 

 

Fernando Abraldes, presidente da Asociación de Pacientes do CHUS, asegura que a maioría dos doentes rexeitan a derivación.

-É precisa a concertación?

-Mentres a situación de lista de agarda tan elevada se manteña, a sanidade seguirá sendo un negocio para os operadores económicos privados. Para nós esta situación non é admisible porque non é ético facer negocio coa saúde, e porque na sanidade privada non prima a calidade asistencial, senón a conta de resultados.

-Atópase o doente indefenso?

-A indefensión nestes casos é absoluta. Ao paciente comunícaselle telefonicamente, sen que o interlocutor se identifique e sen que se grave conversa, que pode ter cita para ser atendido nun centro privado concertado, pero non se lle informa das consecuencias que se derivan de non aceptar a asistencia. Os pacientes somos gravemente penalizados cando rexeitamos unha atención nun centro privado. Pasamos a engrosar o que se denomina unha lista non estrutural onde se perde a garantía de atención nos tempos máximos de espera.

-Hai moitas negativas?

-O Sergas non publica datos. No 2010 o Consello de Contas fixo un informe de fiscalización no que se reflicte que o 81 % dos doentes que están na lista non estrutural rexeitaron ir a un concertado.

Abraldes lamenta que nin se publiquen datos da lista non estrutural do Sergas.

Silvia Rodríguez: «En nuestros centros la actividad supone en torno al 20 % del total»

 

 

Silvia Rodríguez es directora médica de los hospitales HM La Rosaleda y HM La Esperanza, los dos que están acreditados para hacer actividad concertada en Santiago. Asegura que el volumen se ha mantenido estable en los últimos años.

-¿Qué tipo de cirugías suele concertar el Sergas?

-En nuestros hospitales suele ser en las especialidades de cirugía general y del aparato digestivo, traumatología, ginecología, urología y cirugía vascular.

-¿El número de intervenciones ha subido, bajado, o se mantiene estable en los últimos años?

-El número de operaciones concertadas se ha mantenido en el tiempo a lo largo de los últimos años, en los que en nuestros centros no se ha registrado aumento de actividad ni del presupuesto estimado. Sin embargo, en lo que va de año 2018 se va un 25 % por debajo del presupuesto pactado o estimado, lo que nos condiciona mucho en el trabajo diario.

-¿Cuáles son las especialidades más derivadas?

-Fundamentalmente cirugía general y del aparato digestivo, traumatología y cirugía vascular.

-¿Supone un porcentaje elevado de la actividad total?

-En el caso de los hospitales HM Rosaleda y HM La Esperanza

el porcentaje de actividad quirúrgica concertada supone alrededor de un 20 % del total.

Rodríguez afirma que se deriva sobre todo en cirugía general y traumatología.

La Consellería de Sanidade solo remite a la privada cirugías y pruebas diagnósticas a través del modelo de concierto. Es decir, no deriva consultas con el especialista. En cuanto a las pruebas, si en Galicia se remiten a estos centros al año unas 44.500, en este caso son Lugo y Ourense los que se llevan el mayor porcentaje. E incluso dentro de la provincia de A Coruña, el comportamiento por áreas sanitarias es muy diferente a las cirugías. Así, en este caso es la EOXI de Compostela -que integra a los complejos hospitalarios de Santiago y Barbanza-, la que más deriva, con unas 9.000 pruebas anuales, mientras que A Coruña tiene la cifra más baja, menos de cuatro mil, y Ferrol se queda en las 6.250.

A Coruña tiene el mayor coste

El coste de los conciertos no es igual en todos los hospitales ya que se negocian gerencia por gerencia. Según los datos aportados por el director xeral de Asistencia, Jorge Aboal, en una intervención parlamentaria, anualmente al año el área sanitaria de A Coruña destina una media de 32,2 millones a este capítulo; 14,8 millones Ferrol; y otros 14,5 Santiago. Estos fondos incluyen más que cirugías y pruebas, ya que se conciertan más actividades con la sanidad privada.