Los suvenires sin identidad ganan la batalla a la verdadera artesanía

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

Incluso se ha detectado ya encaje de producción industrial traído desde China

19 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay algunos ejemplos honrosos con el encaje, la olería de Buño, algo de pintura y escultura y casos como el de la tienda Stoupa de Cee que tira de artistas locales, pero, en general, la batalla está perdida. Los suvenires de ningún tipo de identidad ?o lo que es lo mismo que igual valen para recordar Benidorm que Corcubión? se extienden por toda la Costa da Morte. Y ya no es solo que copen las estanterías de los establecimientos privados es que se imponen también en los lugares más emblemáticos y que concentran las visitas, donde la Administración sí debería tener algo que decir. Al menos así lo entienden artistas, artesanos y creadores que ven como su trabajo cae en saco roto frente a, muchas veces, cachos de plástico traídos al por mayor en contenedores desde China. Incluso se están dando ya casos, o se dieron hace algún tiempo, de encaje de esta procedencia y producción completamente industrial. Por supuesto no es puntilla de Camariñas, ni de ninguna otra zona del mundo con una artesanía parecida, pero puede llevar a engaño al visitante poco docto en la materia.

«A Administración polo menos debería entender que o traballo dos nosos artistas tamén é patrimonio. Queremos vender excelencia turística e á xente cando vén comer ben que se lle ofrece e que pide centola de aquí. En cambio despois véndeselle calquera chilindrada» se queja la artista y técnica cultura muxiana Viki Rivadulla, quien recuerda que esta es una lucha de muchos años ya del gremio, incluso por parte de gente que ya ha fallecido, con escaso éxito. De hecho, ella misma, cuando confeccionaba sus famosas muñecas, «á man, sen molde, sen nada, que dan un choio que non vexas», se negó a ir a vender a Fisterra cuando le dieron la oportunidad, porque su producto tenía que «competir coas bruxas traídas de Taiwan». Considera que por parte de los creadores poco más se puede hacer porque «eu teño esculturas de 1.000 e pico euros e figuriñas de 20. Incluso os pintores que traballan en grandes formatos venden tamén láminas... Hai moito e moi bo traballo artístico e artesán na Costa da Morte, o que pasa é que sacar do medio a trapallada non dá votos», sentencia.

La teniente de alcalde de Camariñas, Sandra Insua, máxima responsable política del Encaje en la localidad, también incide en que las palilleiras se han adaptado completamente a la demanda, incluso con «colgantes, bolsiñas... de tres, de cinco euros», con lo que, en cuanto a oferta, nada se puede reprochar, más que nada porque «incluso é do que máis venden porque as pezas grandes case sempre van por encargo, cun sinal previo e así».

Insua no tiene duda alguna de que, al menos las instituciones públicas deben apostar por este tipo de productos, por la artesanía local, y anima a la parte privada a que haga lo mismo en la medida de lo posible. Ella, en su hotel familiar predica con el ejemplo, porque, al margen del encaje «incluso o bonequiño dos trasnos é tamén artesán». Ahora lo que están tratando es de que las propias palilleiras puedan vender las exitosas camisetas del encaje, que al Concello no paran de solicitarle, pero que no puede comercializar.

En definitiva, algunos pasos se dan, pero la tendencia generalizada no es esa, es la del llavero de a euro, al que le vale igual la Virxe da Barca que la del Pilar para salir al mercado.

Fisterra exige la mitad de productos artesanos en el faro y su delimitación de los que no lo son

«Ao menos o 50% dos produtos da tenda serán artesáns, estando perfectamente delimitados dos que non o son, constituíndo unha sección perfectamente distinguible e identificable. Para isto, deberá presentar unha listaxe cos produtos que se porán á venda. Prioritariamente serán produtos artesáns da Costa da Morte, secundariamente produtos artesáns da Comunidade Galicia», señala el pliego de condiciones para la adjudicación de las dos casetas de venta de suvenires, ubicadas en el acceso al faro Fisterra, que la corporación municipal aprobó en pleno el pasado día 4 y que salió publicado en el Boletín Oficial de la Provincia del pasado miércoles. Los interesado en presentarse, con un canon mínimo de 833 euros al mes, disponen para hacerlo de 15 días desde la publicación.

Ahora bien, esas condiciones de cuota artesana ya formaban parte de la anterior concesión y eso no evitó multitud de críticas, sobre todo de artistas y artesanos, respecto al resultado final.