La iniciativa privada toma las riendas del cuidado de los mayores

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

El centro de día de Zas y el asistencial de Cee miran ya de cerca hacia la apertura

15 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras en la parte pública las iniciativas nuevas son prácticamente nulas -el alcalde de Corcubión dice que no sabe nada de Benestar desde el año pasado- la iniciativa privada, con o sin ánimo de lucro, sí se está moviendo para cubrir un nicho de mercado de atención a personas mayores o con distintas necesidades específicas. Sector que todos los indicadores de saldo vegetativo y envejecimiento poblacional indican que va a ir a más y en el que queda mucho trabajo por hacer a todos los niveles, incluso en cuanto al diseño del modelo que se pretende implantar.

Tampoco es cierto que la Xunta, que tiene el grueso de las competencias sociales no haya cambiado nada, porque sí que se han incrementado las ayudas para dependencia, aunque todos los alcaldes coinciden en que siguen siendo insuficientes y que quedan otras muchas cuestiones por cubrir, como la insuficiencia de plazas en los centros de día y la falta de adecuación a las demandas reales de los usuarios. Y ahí es donde dos iniciativas privadas, la empresa Aurum en Zas y la asociación Afafes en Cee, están a punto de marcar ciertos hitos en sus respectivos campos.

La apuesta zasense, de una compañía liderada por Manuel Montero y David Villar que reconvirtió la antigua nave industrial de Fongasca, debería ver la luz esta próxima semana. De hecho, están pendientes de la última licencia de Política Social que debería llegar hoy mismo o como muy tarde el lunes para abrir las puertas. Incluso el personal inicial: una enfermera, una terapeuta y una psicóloga, está contratado ya, en el caso de la terapeuta desde diciembre, porque llevó el peso de muchas cuestiones de planificación.

Son 600 metros cuadrados, 480 de ellos prácticamente diáfanos para fisioterapia, rehabilitación... y con un jardín de otros 400. Como la previsión era abrir en marzo, pero se demoró por los retrasos de la obra, la compañía cuenta con 14 preinscripciones, de las 10 son enteramente privadas y las otras cuatro a través de lo que se conoce como «libranzas». Se trata de un apoyo público gestionado por los servicios sociales municipales y que oscila entre el 20 y el 80 % de ayuda dependiendo de las rentas y de otros factores.

«Moi boa resposta»

Por lo que respecta a Afafes, el gerontólogo César Bugallo, uno de sus promotores, explica que las impresiones son positivas porque «en todas as portas nas que petamos a resposta foi moi positiva». La última, la de la diputada provincial de Benestar, Ánxela Franco, con la que acaben de reunirse durante una reciente visita a Cee y, aun sin cerrarlo del todo, les ha comprometido el apoyo para equipamiento de re rehabilitación. El mobiliario también esperan obtenerlo de distintas fundaciones y la adaptación del edificio, la antigua guardería, las está llevando a cabo el Concello con personal propio. De ahí que Bugallo no dé una fecha concreta porque dependen de estos trabajos, ya que los operarios no pueden dedicarse a ello a tiempo completo, pero espera que sea cuestión de pocos meses. Sobre todo se muestra confiando en que va a ser una apuesta «bastante novedosa», en cuanto a atención y trabajo en los primeros grados de deterioro cognitivo, lo que no excluye «a necesidade dun centro de día para fases máis avanzadas». Centro para el que Manuel Insua, el regidor de Corcubión, donde ya tienen un edificio habilitado, asegura que no espera «xa nada da Xunta».

«A nosa filosofía é que a xente non perda o sentimento de durmir no fogar»

David Villar, uno de los socios de Aurum, explica que tienen la primera planta del inmueble, que daría para unas 25 habituaciones, vacía porque piensan adecuarse a lo que piden los usuarios, pero su primera intención no es la residencial. «A nosa filosofía principal é que a xente ten que estar estimulada socialmente, cognitivamente e culturalmente, pero que non perda o sentimento de durmir no seu propio fogar», explica Villar, aunque entiende que cada familia tiene sus necesidades y lo que más se demanda es el ingreso en residencia. De hecho, entiende que existe un déficit de atención pública y por eso nace su iniciativa en un servicio que «cando menos debería ser cofinanciado» y más en una zona de pensiones bajas como esta.