«La Universidade Sénior crea raíces»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

CESAR TOIMIL

La UDC ofrecerá desde abril formación para mayores de 50 años de la Costa da Morte. Habla Matilde García, directora de este programa

14 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Matilde García Sánchez dirige desde el curso 2015/2016 el programa formativo para mayores de 50 años que impulsa la Universidade da Coruña, y que cuenta en la actualidad con casi 1.000 alumnos matriculados. En los meses de abril y mayo aterrizará en Baio para ofrecer un programa piloto diseñado específicamente para usuarios de la Costa da Morte.

Se compondrá de tres seminarios y una exposición que podrá visitarse en el centro sociocultural mientras dure el programa. Además, los alumnos tendrán la posibilidad de participar en un acto de graduación conjunto en el rectorado de la UDC.

-Interesante proyecto el que desembarca en abril en Baio.

-Mucho, y por varios motivos. Primero porque supone que no todo el conocimiento se quede encerrado en las cuatro paredes de la Universidad. Y segundo porque la finalidad última de este programa es el desarrollo formativo, cultural y social, para después avanzar hacia el envejecimiento activo y saludable.

-Hablan, además, de «democratización» del conocimiento.

-Es que ese es, precisamente, el mensaje que queremos transmitir a todas las personas que están fuera del ámbito de la Universidad. En lo que se basa el programa es en que el conocimiento llegue a todas las personas que no han tenido la oportunidad de formarse o que siempre han sentido esa inquietud de aprender. De hecho, los únicos requisitos son haber cumplido los 50 y no estar en activo laboralmente.

-¿En los campus de A Coruña y Ferrol llegan a convivir los alumnos «junior» con los usuarios de la Universidade Sénior?

-Se les ofrece y se busca una continuidad para los alumnos que hayan finalizado los cuatro años de formación en la sénior. En este sentido, pueden participar como oyentes dentro de las materias de los diferentes grados. Es una forma de cumplir un objetivo intergeneracional y de que compartan todo el conocimiento acumulado con los más jóvenes. Mi experiencia como docente me dice que es muy enriquecedor, en ambos sentidos.

-También cobra importancia el aspecto social del proyecto.

-Desde luego. Esta es una forma de que personas de una misma franja de edad se unan para dar respuesta a unas inquietudes de tipo cultural o social. Hay que tener en cuenta también un factor muy importante como es la soledad. Hay algunos médicos de atención primaria que nos comentan que notan una mejoría en sus pacientes, que están más contentos y que, curiosamente, acuden menos a sus consultas.

-¿Ven exportable este sistema a otras comarcas de la provincia?

-Yo creo que si, totalmente, al menos hay que intentarlo. El proyecto fue iniciado, de hecho, de forma conjunta por las tres universidades gallegas: Santiago comenzó ya el año pasado y Vigo está en aras de llevarlo a la práctica en alguna de sus comarcas.

-¿Ofrecen estas formaciones opciones laborales posteriores?

-Nuestros programas no capacitan para un desarrollo profesional. Es posible que en otras extensiones universitarias sí sea el caso, y a lo mejor en su momento sí nos lo tenemos que plantear. Lo que queremos transmitir es una formación disponible para todo el mundo: tenemos titulados universitarios, personas sin formación, amas de casa... Me refiero, sobre todo, a amas de casa ya que tenemos un alto porcentaje de mujeres en nuestras aulas, un 73% en particular.

-En este nuevo programa, que dará comienzo el mes que viene en Baio, plantean seminarios de distintas áreas del conocimiento.

-Eso responde también a la estructura del programa de estudios que tenemos en la propia Universidade Sénior: ciencias sociales, ciencias de la salud y tecnología. Para el proyecto de la Costa da Morte se hizo un estudio previo entre los usuarios y los Axentes de Desenvolvemento Local (ADL) para ver cuáles eran sus inquietudes formativas. De ahí sacamos tres seminarios: uno relacionado con el patrimonio de la zona, otro con los buenos hábitos y el último, en relación a la biodiversidad.

-Queda solamente, entonces, animar a los alumnos a que se anoten en el proyecto.

-Sí, desde luego, hemos tenido muy buenas experiencias entre los usuarios. Algunos de nuestros alumnos incluso bromean diciendo: «Yo solo me voy, si me echan». Yo creo que, sin duda, la Universidade Sénior es un programa que crea raíces.