Más que sexo

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

CARBALLO

01 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Vosotros sois jóvenes y quizá os sorprenda esto, pero habrá días en que no os apetezca, días en que estéis cansados. Habrá fechas en que os duela la cabeza y veces en que queráis hacerlo y no os dejen. También están las noches en las que el aparato no funciona, que no hay medios, ni gramos, ni ganas. Incluso, en ocasiones, os gustará tanto la música que teníais preparada para el momento que lo único que se os antojará es escucharla y nada más. Puede que ella no quiera porque tiene las uñas recién pintadas, o que tu vecino llame a la puerta y te corte el rollo, o que en la tele echen basura entretenida y te quedes a verla con el cerebro en standby. O no tengas tiempo, o estés en la ducha y te dé pereza o que te pregunten en el acto «¿qué estás haciendo?» y, por no contestar, no quieras volver a hacerlo.

Pero habrá otras veces resplandecientes, diamantinas y rutilantes en que os apetecerá, no os parará el cansancio ni el dolor de cabeza. El aparato funcionará, habrá medios y ganas y no harán falta gramos, la música que preparasteis reverberará la pasión del momento. Las uñas estarán secas y bonitas, se clavarán donde tú les digas; los vecinos te dejarán en paz, la tele estará apagada y no necesitarás ducharte porque sucio lo harás mejor.

Son esas veces en que lo haces sin saber por qué, en las que empiezas y no sabes cuándo terminarás, en las que pagarías por prolongar ese momento hasta que el universo implosione, las que merecen la pena, las que son de verdad. Esos días en los que acabas, te levantas y dices: «No hay placer como escribir. No hay nada como esto».