La naviera del Eloane se interesa por limpiar el vertido de su barco

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

JORGE PARRI

Concellos, entidades y particulares empiezan a articular la recogida de los residuos

13 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La naviera MSC no ha perdido el tiempo y nada más conocer que el litoral de la Costa da Morte amaneció ayer salpicado de la carga perdida el viernes pasado por su portacontenedores Eloane, uno de los más grandes del mundo, se puso en contacto con los concellos de la zona para interesarse por la situación de cara a reparar el daño causado. Así lo confirmaron ayer los alcaldes de Fisterra y Muxía, dos de los municipios más afectados.

El fisterrán José Marcote, que además fue profesional del sector como jefe de máquinas y profesor, entiende que es responsabilidad de la compañía y presupone que cuenta con un seguro para cubrir este tipo de incidentes. La llegada de estos productos a las playas, sobre todo botes de leche infantil y tabaco, entra a su juicio dentro de lo previsible «porque os contedores golpéanse entre eles, non sempre son estancos de todo, aínda que deberían, e dependendo da carga, de se lles entra ou non auga, poden ir para o fondo ou navegar e incluso bater contra as pedras e abrirse».

Desde el Concello lo que le dijeron a la compañía, que estaba interesada en encontrar un interlocutor con el que abordar el incidente, es que se pusiese en contacto con la Demarcación de Costas. Justo lo mismo que hizo el primer edil muxián, Félix Porto, que ayer por la tarde comprobaba sobre el terreno el impacto. «Falei con Eimil [Rafael, jefe de la Demarcación de Costas] e o que imos facer é poñer contedores para comezar a recoller isto, aínda que de momento hai que esperar a ver que fai o mar, porque está traballando moitísimo», señaló Porto.

En Fisterra el colectivo NaArea se puso ya ayer manos a la obra, además de contactar con gente de Muxía que pretende hacer lo mismo en Nemiña. «Fomos dar unha volta pola mañá ao Rostro e agora entre catro persoas recollemos seis sacos grandes, medio asiento de coche, un bidón e despois os plásticos de sempre. Tamén hai moito porexpan dese marrón clariño, que o levan os contedores de illante entre as chapas metálicas, e que resulta complicado de retirar porque apenas pesa, as gaivotas pícano, cada vez está en anacos máis pequenos e métese no monte, nas dunas, en todo», explica ayer por la tarde Sole Méndez, una de las integrantes del colectivo, que cuenta con el apoyo, no en personal, «porque non o teñen», pero sí en medios del Concello. «Facilítannos luvas, sacos e a ver se nos veñen recoller as bolsas cun tractor ou así», detallaba Méndez, que repetirá hoy de 10.00 a 14.00 horas, «que é cando nos deixa traballar o mar», y anima a todo el que quiera ayudar a que se sume. «Hai moita xente que vén por curiosidade, por dar un paseo e ver o que hai. Dígolles a todos, de paso levade unha bolsiña», explicaba con humor.

Esa curiosidad citada por Méndez se dejaba ver ayer en todo el litoral y sobre todo en O Rostro, donde pese al frío y al viento endiablado que soplaba ayer, se contaban por decenas las personas que se acercaron hasta el arenal para ver en directo la estampa. Incluso en algún caso se veía como recogían en bolsas los botes de leche infantil aparentemente en buen estado.

En principio, entre los productos llegados por el momento a la zona no hay agentes especialmente contaminantes, más allá del lógico impacto que tienen estos recipientes o las cajetillas de tabaco en un entorno natural tan importante. De ahí que tampoco se haya activado una alerta especial más allá de la que hay en el mar donde el mal tiempo impidió retirar los contenedores a la deriva.

Tánger rechazó el megabuque que ahora se encuentra en Cádiz para volver a estibar la carga

El MSC Eloane, que con sus 400 metros de eslora por casi 60 de manga, es de los más grandes y también modernos (fue botado en el 2016) del mundo, siguió su singladura rumbo sur después del incidente del viernes. Aunque el barco no sufre daño reseñable alguno, sí tiene parte de la carga, al margen de la que cayó al mar, en una situación complicada que podría comprometer su estabilidad. De ahí que buscase refugio en el puerto de Tánger (Marruecos) donde fue rechazada su estancia por cuestiones de operatividad portuaria. Por eso cambió de lado del Estrecho y ahora se encuentra en Cádiz, donde además ha estrenado una terminal nueva que jamás había acogido un buque de estas dimensiones. De hecho, como informa Diario de Cádiz, la presencia del gigantesco portacontenedores está suponiendo un hito en la ciudad, sobre todo entre los gestores encargados del puerto, que ven esta escala, aunque accidental, como el refrendo a la operatividad de su muelle.